Dar oxígeno a deuda y déficit para disparar el gasto militar: la alternativa de la UE ante la ofensiva de Trump
Von der Leyen tanteó a los líderes de la UE sobre la posibilidad de flexibilizar aún más las reglas fiscales para el gasto en defensa en un momento en el que se asume que la OTAN incrementará el objetivo por encima del 2%España se resiste al incremento del gasto militar al que empujan Trump y la UE La Unión Europea asume que la OTAN decidirá en la cumbre de La Haya de junio elevar el objetivo de gasto militar por encima del actual compromiso del 2% del PIB en buena medida por el efecto arrastre de Donald Trump. Y eso requerirá un esfuerzo adicional de las finanzas de los 27. “Para tiempos extraordinarios, es posible tener medidas extraordinarias”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa tras el 'retiro' en el que los líderes europeos abordaron la defensa europea, un asunto recurrente desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, que puso en primer plano la (in)seguridad estratégica del continente, que siempre ha dependido de Estados Unidos. La Europa de la seguridad y la defensa se ha abierto paso frente a los debates de la anterior legislatura, centrados en la política medioambiental, por ejemplo, y lo que emiten la mayoría de gobiernos europeos, especialmente los del este, pero también en los que hay un peso específico de la industria armamentística, es una sensación de urgencia. Algunas fuentes comunitarias han llegado a comparar el debate con una “operación a corazón abierto” y, en el plano financiero, el asunto retrotrae a los tiempos del covid. Y es que algunas de las propuestas de la “lluvia de ideas” que protagonizaron los líderes de los 27 tienen mucho que ver con los debates que se produjeron durante la pandemia. Von der Leyen ha abierto la puerta a tirar del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establece las normas fiscales de la UE para tener las cuentas saneadas en las sacrosantas cifras del 3% del déficit y el 60% de deuda respecto al PIB. La presidenta de la Comisión Europea tanteó a los líderes con la posibilidad de flexibilizar esas reglas y fue la propuesta con mejor acogida. Lo que planteó Von der Leyen es analizar todas las “opciones posibles” para dar margen a los estados miembros a aumentar el gasto en defensa. Cuando los 27 acordaron las nuevas reglas fiscales el pasado año, ya dieron manga ancha para que determinadas medidas en materia de defensa no computaran a la hora de abrir procedimientos por déficit excesivo. Aquella revisión se produjo precisamente para reactivar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que quedó suspendido durante la pandemia y la guerra en Ucrania para que los gobiernos pudieran encarar la crisis con gasto expansivo. Fórmulas de flexibilidad ¿Sería posible tomar esa decisión para el gasto en defensa? Ha sido la pregunta a la que ha tenido que responder la Comisión Europea este martes, tras las palabras de Von der Leyen: “La cláusula de escape sigue formando parte del marco y, por supuesto, si se cumplen unas condiciones muy específicas, como en el caso de la pandemia, sigue existiendo la posibilidad teórica de activarla”. Pero Von der Leyen no desarrolló la idea ante los líderes. La congelación de las reglas fiscales es, por tanto, una hipótesis. Otra de las propuestas relacionadas es ampliar las “flexibilidades” incluyendo en la dispensa gastos generales en defensa, incluidos los de personal, o usar la ampliación a siete años de los planes fiscales a medio plazo, que habitualmente son a cuatro años. La intención, en palabras de Von der Leyen, es dar “más espacio fiscal o margen de maniobra a los Estados miembros para aumentar su gasto en defensa a nivel nacional”. Tocar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento es la propuesta que más éxito tuvo entre los líderes de la UE teniendo en cuenta que las voces más alarmadas advierten de no se puede esperar a la entrada en vigor del próximo presupuesto europeo (para el periodo 2028-2034) para abordar el incremento de la partida comunitaria de defensa. Se aleja la idea de los eurobonos También supone escapar de la otra gran propuesta para financiar la defensa: la emisión de deuda conjunta, como se hizo con los fondos Next Generation durante el covid. Los denominados eurobonos siempre son polémicos en la UE y cuentan con el rechazo de Alemania y los frugales, aunque algunos del este habían levantado el veto. El argumento que esgrimen ahora precisamente es que no se puede lanzar nueva deuda conjunta sin haber terminado de pagar la de los planes de recuperación. Está por ver si países como España, que son partidarios de esa medida, o de Grecia, que ha planteado un fondo de 100.000 millones de euros para financiar proyectos conjuntos dan la batalla o asumen ya el 'nein' de Alemania. Más allá del gasto público, el gran consenso es que el sector privado tiene que incrementar sus inversiones en la industria armamentística y eso apela el crédito de las en
Von der Leyen tanteó a los líderes de la UE sobre la posibilidad de flexibilizar aún más las reglas fiscales para el gasto en defensa en un momento en el que se asume que la OTAN incrementará el objetivo por encima del 2%
España se resiste al incremento del gasto militar al que empujan Trump y la UE
La Unión Europea asume que la OTAN decidirá en la cumbre de La Haya de junio elevar el objetivo de gasto militar por encima del actual compromiso del 2% del PIB en buena medida por el efecto arrastre de Donald Trump. Y eso requerirá un esfuerzo adicional de las finanzas de los 27. “Para tiempos extraordinarios, es posible tener medidas extraordinarias”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa tras el 'retiro' en el que los líderes europeos abordaron la defensa europea, un asunto recurrente desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, que puso en primer plano la (in)seguridad estratégica del continente, que siempre ha dependido de Estados Unidos.
La Europa de la seguridad y la defensa se ha abierto paso frente a los debates de la anterior legislatura, centrados en la política medioambiental, por ejemplo, y lo que emiten la mayoría de gobiernos europeos, especialmente los del este, pero también en los que hay un peso específico de la industria armamentística, es una sensación de urgencia. Algunas fuentes comunitarias han llegado a comparar el debate con una “operación a corazón abierto” y, en el plano financiero, el asunto retrotrae a los tiempos del covid.
Y es que algunas de las propuestas de la “lluvia de ideas” que protagonizaron los líderes de los 27 tienen mucho que ver con los debates que se produjeron durante la pandemia. Von der Leyen ha abierto la puerta a tirar del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establece las normas fiscales de la UE para tener las cuentas saneadas en las sacrosantas cifras del 3% del déficit y el 60% de deuda respecto al PIB. La presidenta de la Comisión Europea tanteó a los líderes con la posibilidad de flexibilizar esas reglas y fue la propuesta con mejor acogida.
Lo que planteó Von der Leyen es analizar todas las “opciones posibles” para dar margen a los estados miembros a aumentar el gasto en defensa. Cuando los 27 acordaron las nuevas reglas fiscales el pasado año, ya dieron manga ancha para que determinadas medidas en materia de defensa no computaran a la hora de abrir procedimientos por déficit excesivo. Aquella revisión se produjo precisamente para reactivar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que quedó suspendido durante la pandemia y la guerra en Ucrania para que los gobiernos pudieran encarar la crisis con gasto expansivo.
Fórmulas de flexibilidad
¿Sería posible tomar esa decisión para el gasto en defensa? Ha sido la pregunta a la que ha tenido que responder la Comisión Europea este martes, tras las palabras de Von der Leyen: “La cláusula de escape sigue formando parte del marco y, por supuesto, si se cumplen unas condiciones muy específicas, como en el caso de la pandemia, sigue existiendo la posibilidad teórica de activarla”.
Pero Von der Leyen no desarrolló la idea ante los líderes. La congelación de las reglas fiscales es, por tanto, una hipótesis. Otra de las propuestas relacionadas es ampliar las “flexibilidades” incluyendo en la dispensa gastos generales en defensa, incluidos los de personal, o usar la ampliación a siete años de los planes fiscales a medio plazo, que habitualmente son a cuatro años. La intención, en palabras de Von der Leyen, es dar “más espacio fiscal o margen de maniobra a los Estados miembros para aumentar su gasto en defensa a nivel nacional”.
Tocar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento es la propuesta que más éxito tuvo entre los líderes de la UE teniendo en cuenta que las voces más alarmadas advierten de no se puede esperar a la entrada en vigor del próximo presupuesto europeo (para el periodo 2028-2034) para abordar el incremento de la partida comunitaria de defensa.
Se aleja la idea de los eurobonos
También supone escapar de la otra gran propuesta para financiar la defensa: la emisión de deuda conjunta, como se hizo con los fondos Next Generation durante el covid. Los denominados eurobonos siempre son polémicos en la UE y cuentan con el rechazo de Alemania y los frugales, aunque algunos del este habían levantado el veto. El argumento que esgrimen ahora precisamente es que no se puede lanzar nueva deuda conjunta sin haber terminado de pagar la de los planes de recuperación.
Está por ver si países como España, que son partidarios de esa medida, o de Grecia, que ha planteado un fondo de 100.000 millones de euros para financiar proyectos conjuntos dan la batalla o asumen ya el 'nein' de Alemania.
Más allá del gasto público, el gran consenso es que el sector privado tiene que incrementar sus inversiones en la industria armamentística y eso apela el crédito de las entidades bancarias, incluyendo el Banco Europeo de Inversiones que pilota Nadia Calviño. La exvicepresidenta se resiste a financiar armamento mientras que una inmensa mayoría de líderes, entre ellos Pedro Sánchez, le ha instado a aumentar el dinero que dedica a ese sector. El BEI ha duplicado esa partida en el último año, pero aún representa una mínima porción de la tarta que reparte (el 1%).
La presión para incrementar el gasto se multiplica en el caso de Portugal, Italia, Eslovenia, Luxemburgo, Bélgica y España, que están a la cola y lejos aún del 2% que estableció la OTAN. “No se trata únicamente de gastar más, sino también de gastar mejor. Para España, gastar mejor es también integrar esa dimensión de defensa en la transformación de la economía, para lograr una transición verde y digital”, fue lo que defendió Pedro Sánchez dentro de la sala, según fuentes gubernamentales. También la ultraderechista italiana, Giorgia Meloni, defendió que su país gaste menos en defensa per se bajo el argumento de que aporta más a la seguridad europea como frontera de la vecindad sur, según fuentes comunitarias.