Estados Unidos quiere tener su caza de sexta generación cueste lo que cueste. Y van a ser miles de millones de dólares
Casi a nivel global, el mundo está aumentando su gasto en defensa. Las tensiones levantadas por la invasión de Ucrania se han convertido en un disparador de tensiones globales que cada vez parecen más abocadas a un rearme de todas las potencias mundiales. China ha sido una de las más rápidas, lleva décadas modernizando su equipo militar, ya no confía exclusivamente en la gran fuerza de su número, sino que está desarrollando cazas de sexta generación. Estados Unidos, por supuesto, también quiere el suyo, algo que no es de extrañar, ya que es la primera potencia militar del mundo y recientemente sus éxitos no han sido especialmente boyantes en lo que se refiere a la tecnología aeronáutica. Aunque sí es cierto que tiene una nueva arma, como es el tanque robótico que le permitiría mantener un control real de la situación en tierra.Sin embargo, quieren un sustituto real para el F-22 Raptor y lo quieren conseguir a cualquier precio. La lucha por ver quién tiene el caza de superioridad aérea de nueva generación (NGAD por sus siglas en inlgés) es algo realmente ambicioso y también supone un golpe propagandístico importante, una demostración de poder y de desarrollo tecnológico. Es por ello, por lo que según Zona-militar, la inversión del país estuviera creciendo a pasos agigantados para demostrar que tienen mucho que ofrecer en materia de dominio aéreo.Y la inversión promete ser bastante amplia, ya que EE. UU. ha adjudicado dos nuevos contratos a través de su Fuerza Aérea por un valor de 7.000 millones de dólares que han recibido las empresas General Electric y Raytheon Technologies.La Fuerza Aérea busca el dominio de los cielosLa apuesta de General Electric está en la mejora tecnológica en la fase de prototipos para reducir los riesgos de la misma y llevar a buen puerto el trabajo. De esta manera, la empresa se centrará en mejorar el programa de Propulsión Adaptativa de Próxima Generación, el objetivo final es desarrollar su nuevo motor, el XA100, con base en todo el feedback que pueda recibir de las bases aéreas en las que se lleve el programa piloto del proyecto. La idea es que este motor pueda ser capaz de aumentar en un 30% la capacidad operativa de este avión.Por su parte, el contrato con Raytheon Technologies es un aumento clave en la inversión de esta marca. La idea es orientar ese presupuesto al diseño y a las pruebas de las plataformas y a probar los prototipos de los motores y los sistemas de armas para la plataforma de combate. El proyecto ha pasado de 975 millones de dólares a 3.500 por lo que sin duda es una muestra de que Estados Unidos está yendo muy en serio en estas cuestiones.Eso sí, no se esperan ver resultados hasta 2032. Motivo por el que desde Estados Unidos están tratando de reformar el programa NGAD para intentar así reducir todos los costes operativos posibles. Quieren que los precios no suban excesivamente frente a los aviones de la generación actual como el F-35. El problema es que la tecnología que utiliza Estados Unidos suele mostrar sobrecostes debido a su sistema de contratos.El artículo Estados Unidos quiere tener su caza de sexta generación cueste lo que cueste. Y van a ser miles de millones de dólares fue publicado originalmente en Andro4all.
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Casi a nivel global, el mundo está aumentando su gasto en defensa. Las tensiones levantadas por la invasión de Ucrania se han convertido en un disparador de tensiones globales que cada vez parecen más abocadas a un rearme de todas las potencias mundiales. China ha sido una de las más rápidas, lleva décadas modernizando su equipo militar, ya no confía exclusivamente en la gran fuerza de su número, sino que está desarrollando cazas de sexta generación. Estados Unidos, por supuesto, también quiere el suyo, algo que no es de extrañar, ya que es la primera potencia militar del mundo y recientemente sus éxitos no han sido especialmente boyantes en lo que se refiere a la tecnología aeronáutica. Aunque sí es cierto que tiene una nueva arma, como es el tanque robótico que le permitiría mantener un control real de la situación en tierra.
Sin embargo, quieren un sustituto real para el F-22 Raptor y lo quieren conseguir a cualquier precio. La lucha por ver quién tiene el caza de superioridad aérea de nueva generación (NGAD por sus siglas en inlgés) es algo realmente ambicioso y también supone un golpe propagandístico importante, una demostración de poder y de desarrollo tecnológico. Es por ello, por lo que según Zona-militar, la inversión del país estuviera creciendo a pasos agigantados para demostrar que tienen mucho que ofrecer en materia de dominio aéreo.
Y la inversión promete ser bastante amplia, ya que EE. UU. ha adjudicado dos nuevos contratos a través de su Fuerza Aérea por un valor de 7.000 millones de dólares que han recibido las empresas General Electric y Raytheon Technologies.
La Fuerza Aérea busca el dominio de los cielos
La apuesta de General Electric está en la mejora tecnológica en la fase de prototipos para reducir los riesgos de la misma y llevar a buen puerto el trabajo. De esta manera, la empresa se centrará en mejorar el programa de Propulsión Adaptativa de Próxima Generación, el objetivo final es desarrollar su nuevo motor, el XA100, con base en todo el feedback que pueda recibir de las bases aéreas en las que se lleve el programa piloto del proyecto. La idea es que este motor pueda ser capaz de aumentar en un 30% la capacidad operativa de este avión.
Por su parte, el contrato con Raytheon Technologies es un aumento clave en la inversión de esta marca. La idea es orientar ese presupuesto al diseño y a las pruebas de las plataformas y a probar los prototipos de los motores y los sistemas de armas para la plataforma de combate. El proyecto ha pasado de 975 millones de dólares a 3.500 por lo que sin duda es una muestra de que Estados Unidos está yendo muy en serio en estas cuestiones.
Eso sí, no se esperan ver resultados hasta 2032. Motivo por el que desde Estados Unidos están tratando de reformar el programa NGAD para intentar así reducir todos los costes operativos posibles. Quieren que los precios no suban excesivamente frente a los aviones de la generación actual como el F-35. El problema es que la tecnología que utiliza Estados Unidos suele mostrar sobrecostes debido a su sistema de contratos.
El artículo Estados Unidos quiere tener su caza de sexta generación cueste lo que cueste. Y van a ser miles de millones de dólares fue publicado originalmente en Andro4all.