La decepción de Bruce Willis con uno de sus mayores éxitos: "Lo mejor de 'Armageddon' está en la sala de montaje"

Con más de 553 millones de dólares de recaudación, Armageddon, de Michael Bay, se convertía en el filme más taquillero de 1998. Uno de los grandes éxitos protagonizados por Bruce Willis, en el papel del perforador de asteroides y salvador de la humanidad Harry Stamper, quien, a pesar del éxito de la producción, siempre se mostró disconforme con el resultado final de la película nominada a cuatro Premios Oscar.

Lo cierto es que este trabajo de Willis nació de un acuerdo con Disney para evitar una demanda de 17,5 millones de dólares, después de que sus idas y venidas hicieran perder millones a la compañía. Así, Willis aceptaba un acuerdo para realizar tres películas por un sueldo ínfimo para sus costumbres.

En 1997, Willis ejercía como protagonista y productor de la comedia romántica Broadway Brawler, contando con otros intérpretes como Maura Tierney, Daniel Baldwin, Alex Boyd o Jenifer Lewis. Tan solo 20 días después del inicio de rodaje y cabreado con el desarrollo de las grabaciones, Willis despedía a varios miembros del equipo y hacía perder muchísimo dinero a Disney, provocando que la compañía paralizara la producción.

Posteriormente, la Casa de Mickey Mouse amenazaba al actor con la citada demanda, llegando in extremis a un acuerdo con Willis para evitarla. Un trato del cual nacerían tres de las películas de mayor éxito en la carrera del estadounidense: Armageddon (1998), El sexto sentido (1999) y The Kid (El chico) (2000).

Las tres películas de Bruce Willis con Disney que evitaron una demanda millonaria

A pesar de las audiencias estratosféricas de estos títulos, Willis percibió un sueldo paupérrimo como forma de compensación por las pérdidas que había hecho sufrir a Disney, recibiendo tan solo 3 millones de dólares por Armageddon, en una época en la que su sueldo habitual era de 20 millones. De lo que no se salvaría el filme sería de las críticas negativas del intérprete, quien siempre se mostró en contra del montaje final.

"Para mi gusto, la película tiene un estilo parecido al de MTV... Billy Bob no fue utilizado de manera correcta. Los trajes espaciales fallaban constantemente e hicieron incluso que una noche Ben Affleck tuviera que golpear el cristal frontal de su casco con una piedra para no asfixiarse", confesaba ya durante la promoción de la película.

Años después, Willis hablaría ya sin ningún tipo de reparo sobre el infierno que supuso trabajar también con Michael Bay, quien tiene fama de tratar mal a sus actores. "Pocas personas quieren trabajar con él ahora. Yo sé que nunca volvería a trabajar con él. El equipo de Armageddon fue grandioso, pero cuando un director grita en el set hace

que la experiencia sea desagradable. Pero mira, todos éramos adultos y lo superamos", declaraba.

En 2002, el actor también confesó algunos detalles de la edición final de la película, ya que consideraba que el mejor material había quedado fuera. "Hubo tantas secuencias grabadas para Armageddon. Todas las grandes escenas interpretativas quedaron en la sala de montaje y fueron sacrificadas por esta especie de versión de MTV, la visión de Michael Bay sobre el cine. Esa es la elección de Michael como cineasta", golpeaba Willis, quien sería preguntado a lo largo de los años sobre este asunto y siempre mantendría la misma postura.

Afortunadamente, esta mala experiencia no se repetiría en sus dos siguientes proyectos con Disney, ni tampoco en aquellas participaciones posteriores junto a la compañía, con la que nos ofrecería uno de sus últimos trabajos brillantes en Glass (Cristal). Esta película suponía una nueva colaboración junto a M. Night Shyamalan, antes de que Willis fuera diagnosticado de aquella afasia que en 2022 hacía que se retirara del cine y ha hecho que el actor se haya ido apagando poco a poco.

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