Bruselas evita confrontar con Trump por su plan de 'vaciado' de Gaza y se limita a defender la solución de los dos estados
La Comisión Europea no quiere problemas con Estados Unidos: "Tomamos nota de los comentarios de Trump".
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La alargada sombra de los aranceles se cierne sobre la Unión Europea y Bruselas lo sabe. Las acusaciones de Donald Trump de que Estados Unidos habría sido "tratado de manera terrible" por la UE, junto a una clara confirmación de que los Veintisiete serán los siguientes en el listado de impuestos a las exportaciones, ha llevado a la Comisión Europea ha mostrarse tibia ante la última ocurrencia del magnate estadounidense: Trump quiere convertir la Franja en lo que ha bautizado como la Riviera gazatí.
"Tomamos nota de los comentarios del presidente Trump. La UE sigue firmemente comprometida con la solución de los dos Estados, que es el único camino para una paz duradera tanto para los israelíes como para los palestinos", apuntaba este jueves un portavoz del Ejecutivo comunitario. "Gaza es una parte integral de un futuro Estado palestino", añadía, sin hacer mención ninguna al plan de 'vaciado' del líder estadounidense, que quiere ubicar a los palestinos en otros países como España, Irlanda o Noruega, afines a la causa palestina.
Como señalaba 20minutos hace unos días, Bruselas ha optado en esta nueva etapa por mantener la mano tendida a Trump y huir de la confrontación porque, como avisó la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, "no tendríamos nada que ganar". La dependencia de la UE de Estados Unidos es demasiada, por lo que dar un paso en falso podría provocar las iras del mandatario, que ha exigido que los Veintisiete inviertan un 5% de sus presupuestos en Defensa. A esto se suman las distintas voces en el seno de la Comisión.
De su lado, el Gobierno ultranacionalista de Hungría liderado por Víktor Orban, anterior presidente del Consejo de la Unión Europea y uno de los líderes europeos más cercanos al estadounidense, respalda todo lo que pueda contribuir a la "paz y estabilidad" en Oriente Próximo. El ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, mostraba este jueves su confianza en las "fantásticas habilidades negociadoras" de Trump. En la misma línea se expresaba el vicepresidente del Ejecutivo italiano, Matteo Salvini, que aseguraba que La Liga mira con atención los movimientos del magnate. Giorgia Meloni, por el contrario, aún no ha dado una opinión oficial sobre el plan pese a que la oposición italiana ha pedido oficialmente que la presidenta se oponga a la idea.
"La Franja de Gaza debería ser entregada por Israel a Estados Unidos al concluir los combates. Los palestinos, gente como Chuck Schumer (el líder de la minoría demócrata en el Senado) ya habrían sido reasentados en comunidades mucho más seguras y hermosas, con casas nuevas y modernas, en la región", vendía el republicano este jueves muy poco después de que su propio secretario de Estado negara que quieran hacerse con el control de Gaza. "Estados Unidos, trabajando con grandes equipos de desarrollo de todo el mundo, comenzaría lenta y cuidadosamente la construcción de lo que se convertiría en uno de los desarrollos más grandes y espectaculares de su tipo en la Tierra", reiteraba.
"Socavar las negociaciones"
Israel, por su parte, se felicitaba de unos planes que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha definido como "extraordinarios". Para el líder israelí "reubicar permanentemente" a los palestinos en los vecinos Jordania y Egipto es lo mejor, un extremo que estos dos gobiernos ya han rechazado por tratarse de una nueva Nakba en alusión al desplazamiento forzoso de los ciudadanos de Gaza en 1948 con la creación del Estado de Israel, si bien ha dicho que los gazatíes "podrán volver". Poco después ponía fin a su visita a Washington con el regalo a Trump de un busca de oro como los que hizo estallar en Líbano contra miembros de Hezbolá.
Mientras tanto, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, daba órdenes de diseñar un plan para los gazatíes que "quieran abandonar la Franja de Gaza voluntariamente" y apuntaba a España, Irlanda y Noruega como lugares de acogida. "España, Irlanda, Noruega y otros que han lanzado acusaciones y afirmaciones falsas contra Israel por sus acciones en Gaza están legalmente obligados a aceptar a cualquier palestino en sus territorios", espetaba como una suerte de castigo épico. Frente a este extremo España ha sido tajante. "Ningún tercero le tiene que decir a España lo que hacer. La tierra de los gazatíes es Gaza", sostenía el ministro de Exteriores, José Manel Albares.
Bajo acusaciones de racismo y de "buscar liquidar la causa palestina" por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que tiene el control de la Franja, y las insinuaciones de "limpieza étnica" por parte de la Organización de Naciones Unidas, Emmanuel Macron, presidente de Francia, mostraba su absoluta oposición a la idea estadounidense en un encuentro con el líder de Egipto, Abdelfatah al Sisi. Para ambos, sacar a los gazatíes del territorio sería "una violación grave del derecho internacional, un obstáculo a la solución de los dos Estados y un importante factor de desestabilización para Egipto y Jordania".
El Gobierno de Egipto, además, lanzaba un comunicado tras su encuentro con el francés en el que ha reiterado su oposición al desplazamiento de la población de Gaza. "Constituye una violación flagrante y evidente del Derecho Internacional, del Derecho Humanitario e infringe los derechos más básicos del pueblo palestino, que exige una rendición de cuentas", rezaba el texto. El Cairo tachaba así de "comportamiento irresponsable" el plan, ya que amenaza con "socavar las negociaciones" sobre las distintas etapas del alto el fuego y "suscita el retorno a las hostilidades", además de "plantear riesgos para toda la región y los cimientos de paz".
Reunión de comisarios en Polonia
Canadá, por su parte, optaba por la misma posición que Bruselas y evitaba entrar en disputas después de haber pactado con Trump la suspensión del 25% de aranceles a sus productos anunciada a principios de semana. El Ejecutivo de Justin Trudeau no dudaba en mostrar su rechazo al "desplazamiento forzado" y también se alineaba con la solución de los dos estados a través de dos mensajes colgados en las redes sociales por la ministra de Exteriores, Mélanie Joly. Pero Trudeau no se ha pronunciado.
Con los emocionados mensajes de Trump sobre un plan que para él llevaría a que reinara la paz en la región y la condena y estupor de la mayoría de la comunidad internacional, el colegio de comisarios, encabezado por la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, se reunirán este viernes en la ciudad polaca de Gdansk para abordar sus prioridades, en un contexto de turbulencias transatlánticas e intensos debates sobre competitividad, migración y defensa. Sobre la mesa, tres temas candentes: la posibilidad de una guerra comercial con Estados Unidos; la seguridad europea en todas sus vertientes; y la puesta en común de un plan que regule la migración en el seno de la UE.