Compraron una casa a un precio irrisorio en Italia, la remodelaron y cumplieron su sueño
Una pareja convirtió una casa en ruinas que compró a bajo costo en un hogar sostenible, práctico y ecológico en Italia
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Ubicada en lo alto de las colinas de Liguria, en el noroeste de Italia, una casa abandonada durante casi 30 años fue la inspiración para que una pareja de arquitectos, ella de Génova y él de Francia, se propusieran renovar ese rincón completamente descuidado.
Magdalena es italiana y Vincent es francés. Ella vivía en Génova y Vincent en Aix-en-Provence pero se conocieron en 2018 trabajando para una ONG de arquitectura en Tanzania. Además de haber sido una experiencia gratificante para ambos, allí aprendieron a trabajar con materiales sustentables que respetan al planeta.
Al cabo de un tiempo, se enamoraron y al regresar de África decidieron crear su propio estudio de arquitectura en Italia.
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Aunque Magdalena y Vincent decidieron vivir juntos, se complicaba encontrar una propiedad acorde a su presupuesto. Finalmente y luego de una intensa búsqueda, hallaron una casa con un precio accesible, cerca de la frontera de Italia y Francia.
Ese inmueble reunía sus dos requisitos principales: estar cerca de sus familias y un precio accesible. A pesar de que la casa no tenía ni agua ni electricidad, resolvieron adquirirla por el precio final, con impuestos y gastos, de US$55.700 en un mercado inmobiliario en el que las propiedades no bajan de los US$200.000.
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¿Podrá ser una casa habitable?
Aunque ambos sabían que el trabajo sería arduo, comenzaron a planificar en base a la construcción ya existente. Su idea era conservar casi completamente lo edificado.
La casa original fue construida con piedra local, con una superficie cubierta de 75 metros cuadrados y rodeada por un terreno de 3000 metros cuadrados distribuidos en siete terrazas escalonadas.
El desafïo era poder reciclar la casa respetando lo que quedaba en pie, al menor costo posible y con técnicas y materiales sustentables.
La pareja confió en sus instintos para realizar exitosamente este proyecto a pesar de que la propiedad era “una completa ruina”.
Una de las particularidades de la obra fue que sus propietarios se ocuparon de la refacción con sus propias manos. Desde demoler paredes hasta colocar pisos, desde diseñar el patio exterior con piedras originales del terreno, hasta colocar cada viga, cada mosaico. Cada detalle fue planeado y ejecutado minuciosamente por sus dueños.
Manos a la obra
Comenzaron por limpiar el terreno, porque estaba invadido por una vegetación descontrolada que le daba un mayor aspecto de abandono al lugar. Luego decidieron restaurar el exterior.
Uno de los mayores desafíos fue restaurar el techo, quitando las vigas podridas y las tejas rotas. Con un techista de la zona instalaron un techo nuevo con un aislamiento de fibra de cáñamo.
Luego continuaron con el interior de la casa. Demolieron paredes internas y con extremo cuidado lograron quitar un muro trasero que estaba a punto de caer.
Madera, cal, tierra y paja fueron los materiales elegidos para reciclar el interior sin que perdiera el aspecto original de la vivienda.
La sustentabilidad fue una prioridad en cada etapa del proyecto: para aislar las paredes internas usaron una mezcla de cáñamo y cal, que proporciona aislamiento térmico y sirve para mantener la casa cálida en invierno. Las ventanas de la casa son de madera, construidas a medida por un artesano local.
Respecto del suelo interior, eligieron colocar ladrillos de terracota reciclados, que fueron colocados en patrones definidos, dependiendo de cada habitación. Con respecto a la calefacción, optaron por colocar una estufa de leña y un sistema solar térmico para reducir el consumo eléctrico.
La cocina, la diseñaron en la parte trasera de la casa, con alacenas de madera contrachapada de abedul y linóleo. En el baño, se aplicó un revestimiento impermeable de cal llamado Pastellone, que, si bien es de difícil colocación, ofrece una superficie duradera y ecológica.
El salón, con techo de madera y paredes de yeso de cal, es un espacio acogedor y luminoso y utilizaron muebles de segunda mano. También crearon un patio exterior usando losas de piedra originales de la casa.
Si bien Magdalena y Vincent se mudaron a su nueva casa luego de tres años de obra, aún no está completamente terminada la construcción. Planean finalizar los detalles faltantes para luego poder relatar su experiencia completa a través de la web de su estudio de arquitectura y de sus propias redes sociales.