Cristiano, el más equivocado de la historia
Ronaldo se cree el mejor de la historia.
La vanidad es ciega y solo se mira al espejo. La verdad es una ventana, una mirada de dentro hacia afuera. Para poder ver hay que querer ver y, en ocasiones, el ego no quiere dejarnos ver. Nos engaña, nos seduce y nos cuenta una historia falsa que nos deja tranquilos en nuestro mundo paralelo con aquellos que son capaces de aguantar nuestro ego porque nos quieren demasiado o porque nos necesitan.
Dice Cristiano Ronaldo que es el mejor jugador de fútbol de la historia. Sus declaraciones ante el periodista amigo Edu Aguirre son un modo como cualquier otro de hacer el ridículo y de dejar que la vanidad enseñe sus miserias. El futbolista portugués se mira en el espejo servicial de su amigo y es incapaz de abrir la ventana del mundo exterior para que entre el aire de la verdad a su poco ventilada mansión mental.
Sin la maquinaria resonante que tuvo otras veces detrás, la debilidad humana emerge triste y ridícula como la mala hierba en un solar.
El amigo no le ayuda nada. Ser un pelota es una forma dudosa de amistad. Aguirre coloca a Ronaldo delante del espejo de la madrastra de Blancanieves y Ronaldo hace muy bien su papel y muerde la manzana envenenada del ridículo. Acapara, como casi siempre, todos los elementos del cuento en su lucha contra la verdad, el tiempo y la evidencia. Sin la maquinaria resonante que tuvo otras veces detrás, la debilidad humana emerge triste y ridícula como la mala hierba en un solar.
Además, Ronaldo se cree el más completo. Esto es muy grave, ya que denota un modo individualista de entender un deporte en el que juegan once personas. En el sentido colectivo, Ronaldo es un gran jugador, con olfato, intuición, colocación y un entendimiento notable del juego, pero no es un superdotado como lo han sido otros. Ronaldo, por ejemplo, nunca pudo jugar en posiciones de creación, donde el jugador decide a qué va a jugar el equipo.
El envejecimiento de algunos deportistas brillantes de esta época va a ser duro. El de Ronaldo, quizá vaya a ser el más doloroso. Su mérito innegable, su esfuerzo gimnástico, la calidad y la indiscutible fuerza mental que posee parece que no van a ser suficientes para que el gran jugador portugués entienda de una vez que a la verdad se llega por la humildad. Por ahora, Cristiano Ronaldo es el más equivocado de la historia.