Díaz ve "margen" para negociar con Junts la rebaja de jornada pese a la presión de la patronal catalana

El Ministerio de Trabajo que lidera Yolanda Díaz cree que hay "margen" para que los socios de derechas del Gobierno, y en particular Junts, aprueben la reducción...

Feb 7, 2025 - 16:03
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Díaz ve "margen" para negociar con Junts la rebaja de jornada pese a la presión de la patronal catalana

El Ministerio de Trabajo que lidera Yolanda Díaz cree que hay "margen" para que los socios de derechas del Gobierno, y en particular Junts, aprueben la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales pese a que Pimec, la patronal de las pequeñas y medianas empresas catalanas, ha pedido expresamente que no lo hagan. Así lo aseguró este viernes Díaz, que sin embargo también se mantuvo en la estrategia que ambas alas del Gobierno han puesto en marcha desde hace unas semanas: poner el foco en el PP para forzar a los populares a dar luz verde a la medida para no contrariar a su propio electorado.

Las declaraciones de la vicepresidenta tuvieron lugar apenas un día después de que el presidente de Pimec, Antoni Cañete, confirmara que ha iniciado ya los contactos con el partido de Carles Puigdemont para que los siete votos de Junts en el Congreso se opongan a una medida que calificó de "populista", al menos en su actual configuración. Cañete, no obstante, tuvo buen cuidado de no oponerse frontalmente a la reducción de la jornada, y centró sus críticas en que se plantee como "un café para todos", es decir, que se aplique tanto a las grandes empresas como a las pequeñas y medianas.

Eso, aseguró el empresario, "sería un problema que haría inviable muchos negocios", porque es precisamente en las pequeñas empresas en las que se concentran los negocios que aún aplican la jornada máxima de 40 horas semanales: muchos de los convenios colectivos de las grandes compañías ya recogen jornadas más cortas. En cualquier caso, al proyecto de ley, cuya tramitación acaba de ser puesta en marcha en el Consejo de Ministros, aún le queda por delante una larga discusión parlamentaria, y Cañete se mostró esperanzado ante la posibilidad de que en las Cortes el texto sufra cambios. "Ya sabemos que en el Congreso de los Diputados entra un caballo y sale un camello", ironizó.

Pese a estas apelaciones a Junts para que torpedee o, al menos, rebaje la reducción de la jornada, Trabajo ha optado por mantener públicamente la calma y no entrar en un cruce de reproches con las patronales. Y, este viernes, Díaz aseguró que, "sin ser ingenua", sí que confía en que "hay margen para la negociación" con Puigdemont. "La voluntad por nuestra parte es alcanzar un acuerdo" con los grupos parlamentarios para que la reducción de la jornada laboral salga adelante, afirmó la vicepresidenta, que aseguró que "estamos ante una de las negociaciones más apasionantes" porque la reducción de la jornada "hace avanzar al país, gana tiempo de vida, aumenta la productividad, reduce las emisiones de CO2" y "es una propuesta feminista".

Díaz, no obstante, también ha empezado a jugar sus cartas, y avisó públicamente de que, según los datos demoscópicos, "dos de cada tres españoles, voten lo que voten, quieren que se reduzca la jornada", y deslizó que "hay medidas a las que es muy difícil oponerse". Y señaló directamente al PP, puesto que los populares se han mostrado ambiguos en su discurso público sobre este asunto. "Feijóo debe decidir si se va a independizar de algún sector ultra de su partido y se va a reconciliar con los trabajadores de su país, o si va a quedar secuestrado y va a volver a cometer el error que cometió con la reforma laboral", espetó la vicepresidenta.

Fuentes próximas a Díaz trasladan que la capacidad de presión de las patronales a los grupos parlamentarios no es infinita, especialmente ante un asunto como la reducción de la jornada, que es tan popular entre el electorado. Las organizaciones empresariales, no obstante, se están empleando a fondo: no solo Pimec ha criticado la iniciativa, sino que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha afirmado que la tramitación parlamentaria "abre un espacio" para trasladar a los grupos que la medida va a hacer "sufrir" a las empresas más pequeñas. "El daño real se está haciendo a los pequeños empresarios, a los autónomos" y "a esos comercios de barrio, a esos bares", espetó hace unos días Garamendi.