Ecuador camino a la perdición
Los carteles colombianos llevan décadas utilizando Ecuador como una sucursal para sus negocios y tienen bandas ecuatorianas afines desplegadas por todo el país
Hasta las autoridades ecuatorianas reconocen que las bandas de narcotraficantes han convertido a este país en un coladero de negocios criminales que hace que el país camine hacia la perdición. Rodeado por Colombia y Perú, los dos mayores productores mundiales de cocaína, y con varios puertos en sus costas y una economía dolarizada, Ecuador es un ruta fundamental en los últimos años para el tráfico de esa droga que se dirige mayormente a Europa y Norteamérica.
Expertos de InSight Crime, organización especializada en el crimen organizado en América, describieron a Ecuador hace cuatro años como "la supercarretera de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa" y el gobierno estadounidense incluyó al país en la lista negra de los países con más tráfico de drogas.
En un informe de diciembre de 2024, InSight Crime describe al país andino como "el centro de operaciones de organizaciones de narcotraficantes mexicanas, colombianas y europeas (albanesas principalmente), así como de grupos guerrilleros colombianos en su región fronteriza septentrional" que se han unido a bandas locales y "se han beneficiado de una corrupción rampante que ha contaminado la seguridad, la justicia, las instituciones gubernamentales y la política del país".
Un informe del Departamento de Estado estadounidense denunciaba a principios de esta década que la corrupción relacionada con las drogas se había convertido en "un problema dentro de las fuerzas de seguridad pública en Ecuador". En junio de 2019, la policía detuvo a un exdirector de Aviación Civil por su conexión con el tráfico de cocaína.
Los carteles colombianos llevan décadas utilizando Ecuador como una sucursal para sus negocios y tienen bandas ecuatorianas afines desplegadas por todo el país. También destacan los dos principales carteles mexicanos: el de Sinaloa que lleva dos décadas operando en Ecuador y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).La disputa entre ambos carteles en territorio ecuatoriano reproduce la situación que se vive en México, donde la violencia se ha disparado en las zonas bajo su control.
Los puertos de la costa del Pacífico, donde se encuentra Guayaquil, la ciudad más grande del país, se ha convertido en la principal ruta de los carteles colombianos por dónde intentan sacar unas 400 toneladas, un tercio de la producción de cocaína en Colombia al año. Según algunos expertos consultados por la BBC, en los últimos años Ecuador ya no es un país "de tránsito de la droga" sino que se utiliza habitualmente para almacenarla, procesarla y distribuirla.
La fumigación y erradicación de cultivos ilícitos llevadas a cabo por las autoridades colombianas supusieron una transfronterización de los mismos hace un cuarto de siglo y el aumento de laboratorios de procesamiento en Ecuador.
El desmantelamiento de la base militar estadounidense en Manta, en la costa ecuatoriana, en 2009, influyó negativamente en la lucha antinarcóticos, según algunos expertos. Desde dicha base se rastreaban aeronaves utilizadas por narcotraficantes. La prohibición de la presencia de bases extranjeras en el país fue incluida en la nueva Constitución aprobada en 2008 y el presidente Rafael Correa cumplió su promesa en cuanto alcanzó el poder.
Las bandas criminales ecuatorianas, que son grupos locales de delincuencia callejera, como Los Choneros y Los Tiguerones y que superan la veintena, empezaron a fortalecerse en las prisiones. La lucha entre bandas rivales multiplicó por veinte el número de presos muertos al año en enfrentamientos carcelarios entre 2016 y 2021.
El principal objetivo es reducir la capacidad operativa de las bandas rivales. La organización InsightCrime asegura que los grupos criminales ecuatorianos actúan fundamentalmente como subcontratistas de organizaciones criminales extranjeras. Estos grandes carteles internacionales pagan con cocaína a las bandas que luego revenden en el mercado local.
El 28 de setiembre de 2021 se produjo en la Penitenciaria del Litoral, en Guayaquil, la peor matanza carcelaria en el país y la quinta más grave en la historia de Latinoamérica. Enfrentamientos entre bandas criminales ligadas al narcotráfico, que se disputaban el control territorial tanto dentro como fuera de la cárcel, se saldaron con 123 reclusos asesinados y 80 heridos.
El aumento de la producción de cocaína en Colombia ha llevado a cifras récord de incautación en Ecuador. Desde el 2019 el incremento de las aprehensiones de cocaína en territorio ecuatoriano se ha disparado. De las 79 toneladas incautadas en 2019 a las 294 del 2024, un 29% más que en el año anterior, con una suma total en seis años de 1.060 toneladas.
17,5 toneladas decomisadas el año pasado iban para el comercio y consumo interno y 277 para el tráfico internacional. La pérdida económica para los narcotraficantes por el decomiso tiene un valor de 547 millones de dólares, según anunció la Policía Antinarcóticos.
Durante 2024 Ecuador destruyó 200 toneladas de droga incautada convirtiendo al país en un referente mundial por la agilidad demostrada entre la aprehensión y la destrucción para evitar que volviese a caer en manos de narcotraficantes.
En junio de 2024, un informe presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), daba datos muy alarmantes: "el número de personas que consumen drogas en el mundo ha aumentado a 292 millones en 2022, un aumento del 20% en 10 años".
El cannabis sigue siendo la droga más consumida en todo el mundo (228 millones de usuarios), seguida de los opioides (60 millones de usuarios), las anfetaminas (30 millones de usuarios), la cocaína (23 millones de usuarios) y el éxtasis (20 millones de usuarios).
Guayaquil, ciudad violenta
En un reportaje de The New York Times publicado en julio de 2023 se aseguraba que sólo un 20% de los 300.000 contenedores que salen cada mes de Guayaquil, uno de los puertos más activos de Sudamérica, hoy reconvertido en un centro clave en el tráfico internacional de drogas, era inspeccionado por las autoridades aduaneras.
Según el diario, "la droga salía escondida en suelos reconstruidos, en cajas de bananas, en palés de madera y cacao, antes de aterrizar finalmente en fiestas universitarias estadounidenses y clubes de ciudades europeas".
Guayaquil se encuentra en el top 10 de las ciudades más violentas del mundo con 85 homicidios por cada 100.000 habitantes. Se ha convertido en la Medellín ecuatoriana de los años ochenta y noventa cuando el narcotraficante Pablo Escobar gobernaba la ciudad con escuadrones de sicarios o en la Colima mexicana, el punto más peligroso del planeta en la actualidad.
En las calles de Guayaquil las bandas criminales se matan con inquina y no es raro encontrar cadáveres decapitados o colgados de puentes y menores asesinados después de ser reclutados forzosamente.