Elecciones y eventos climáticos (extremos)
Como muestran estos casos, como mínimo, los fenómenos meteorológicos pueden afectar tanto al registro de votantes (donde no es automático), como al diseño de las campañas electorales, a las labores de candidatos, simpatizantes y trabajadores electorales y a los votantes y su afluencia a las urnas Los eventos climáticos extremos - inundaciones, incendios, huracanes o las olas de calor- pueden afectar gravemente a las elecciones. En algunos lugares, algunas veces, las elecciones se podrían posponer, pero no en otros, porque el marco legal no lo permite o porque el evento climático extremo llega de forma imprevista. En el actual contexto medioambiental – y a pesar de los negacionistas-, la cuestión cómo minimizar el posible impacto de dichos eventos en las elecciones reviste clara importancia. Desde el proyecto Impact of Natural Hazards on Elections liderado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (International IDEA) - organización intergubernamental con sede en Estocolmo - estamos reuniendo evidencia sobre estos desafíos para nuestras sociedades. En total, desde 2001 hasta la fecha, hemos identificado 60 casos en los que sucesos naturales extremos han afectado elecciones nacionales y subnacionales de más de 30 países de todas las regiones del mundo: pasando por Malawi y Somalia en África, a Belice y Canadá en América, Indonesia y Tuvalu en Asia-Pacífico o Alemania e Italia en Europa. Se puede ver un mapa que recoge muchos de estos eventos aquí. Election Emergency and Crisis Monitor: Mapping Impact and Response to Disasters Los datos que hemos recopilado (que son de libre acceso) muestran cómo las elecciones en sus distintas fases pueden verse gravemente afectadas por una amplia gama de fenómenos naturales -principalmente inundaciones por desbordamiento de ríos, huracanes, incendios y olas de calor. En 13 casos, las elecciones se pospusieron, en todo el territorio nacional o en una zona concreta. Algunos ejemplos permiten ilustrar lo que contamos. En Estados Unidos, las altas temperaturas afectaron la campaña electoral presidencial. En los actos de campaña de junio del candidato Donald Trump en Arizona, 11 personas fueron hospitalizadas. Días después, en Las Vegas (Nevada) se sobrepasaron los 37 grados y 24 personas recibieron atención médica. La campaña electoral en la India también se vio afectada por las altas temperaturas que llegaron antes de la temporada de monzones. Los partidos se vieron obligados a cambiar el horario en el que hacer campaña pasando a primeras horas de la mañana. Pero no solo el calor cambió los actos de campaña, sino que se le atribuye el haber segado la vida de 33 trabajadores electorales en Uttar Pradesh, el estado más poblado. Obviamente, dichos fallecimientos afectaron al resto de los trabajadores de la campaña y su relación con la Comisión Electoral se deterioró. Además, según el ministro de Defensa, las altas temperaturas en parte explican la baja participación electoral en las primeras cuatro fases de las elecciones -como la India es un país tan grande, las elecciones se celebran en siete fases por todo el país durante dos meses y medio. En México, en mayo se registraron temperaturas récord en el período previo a las elecciones generales del 2 de junio. En algunos lugares se superaron los 50 grados. El calor provocó varias decenas de muertes y cortes de energía. Al calor, en algunos estados como Tabasco, Tamaulipas, Veracruz o Morelos, se añadió que las colas para votar fueron muy largas mientras se supera los 45 grados de sensación térmica. Se informó de esperas de varias horas en algunos de los colegios electorales especiales destinados a las personas que viajaban el día de las elecciones, y al menos un elector murió tras desmayarse en un colegio electoral. El calor también estuvo presente en las Maldivas donde experimentaron temperaturas réc
Como muestran estos casos, como mínimo, los fenómenos meteorológicos pueden afectar tanto al registro de votantes (donde no es automático), como al diseño de las campañas electorales, a las labores de candidatos, simpatizantes y trabajadores electorales y a los votantes y su afluencia a las urnas
Los eventos climáticos extremos - inundaciones, incendios, huracanes o las olas de calor- pueden afectar gravemente a las elecciones. En algunos lugares, algunas veces, las elecciones se podrían posponer, pero no en otros, porque el marco legal no lo permite o porque el evento climático extremo llega de forma imprevista. En el actual contexto medioambiental – y a pesar de los negacionistas-, la cuestión cómo minimizar el posible impacto de dichos eventos en las elecciones reviste clara importancia.
Desde el proyecto Impact of Natural Hazards on Elections liderado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (International IDEA) - organización intergubernamental con sede en Estocolmo - estamos reuniendo evidencia sobre estos desafíos para nuestras sociedades. En total, desde 2001 hasta la fecha, hemos identificado 60 casos en los que sucesos naturales extremos han afectado elecciones nacionales y subnacionales de más de 30 países de todas las regiones del mundo: pasando por Malawi y Somalia en África, a Belice y Canadá en América, Indonesia y Tuvalu en Asia-Pacífico o Alemania e Italia en Europa.
Se puede ver un mapa que recoge muchos de estos eventos aquí.
Los datos que hemos recopilado (que son de libre acceso) muestran cómo las elecciones en sus distintas fases pueden verse gravemente afectadas por una amplia gama de fenómenos naturales -principalmente inundaciones por desbordamiento de ríos, huracanes, incendios y olas de calor. En 13 casos, las elecciones se pospusieron, en todo el territorio nacional o en una zona concreta. Algunos ejemplos permiten ilustrar lo que contamos.
En Estados Unidos, las altas temperaturas afectaron la campaña electoral presidencial. En los actos de campaña de junio del candidato Donald Trump en Arizona, 11 personas fueron hospitalizadas. Días después, en Las Vegas (Nevada) se sobrepasaron los 37 grados y 24 personas recibieron atención médica.
La campaña electoral en la India también se vio afectada por las altas temperaturas que llegaron antes de la temporada de monzones. Los partidos se vieron obligados a cambiar el horario en el que hacer campaña pasando a primeras horas de la mañana. Pero no solo el calor cambió los actos de campaña, sino que se le atribuye el haber segado la vida de 33 trabajadores electorales en Uttar Pradesh, el estado más poblado. Obviamente, dichos fallecimientos afectaron al resto de los trabajadores de la campaña y su relación con la Comisión Electoral se deterioró. Además, según el ministro de Defensa, las altas temperaturas en parte explican la baja participación electoral en las primeras cuatro fases de las elecciones -como la India es un país tan grande, las elecciones se celebran en siete fases por todo el país durante dos meses y medio.
En México, en mayo se registraron temperaturas récord en el período previo a las elecciones generales del 2 de junio. En algunos lugares se superaron los 50 grados. El calor provocó varias decenas de muertes y cortes de energía. Al calor, en algunos estados como Tabasco, Tamaulipas, Veracruz o Morelos, se añadió que las colas para votar fueron muy largas mientras se supera los 45 grados de sensación térmica. Se informó de esperas de varias horas en algunos de los colegios electorales especiales destinados a las personas que viajaban el día de las elecciones, y al menos un elector murió tras desmayarse en un colegio electoral.
El calor también estuvo presente en las Maldivas donde experimentaron temperaturas récord en las elecciones de abril, superando los 46 grados de sensación térmica. La ola de calor, además, coincidió con el Ramadán, pudiendo exacerbar problemas de salud. Probablemente, el calor afectó a la participación -que se redujo en ocho puntos porcentuales- al recomendarse evitar actividades extenuantes entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde.
También en España hemos celebrado elecciones en medio de olas de calor. Durante las del pasado julio de 2023, el termómetro superó los 40 grados. Afortunadamente, no hubo incidencias, pero los partidos limitaron los actos al aire libre.
Como muestran estos casos, como mínimo, los fenómenos meteorológicos pueden afectar tanto al registro de votantes (donde no es automático), como al diseño de las campañas electorales, a las labores de candidatos, simpatizantes y trabajadores electorales y a los votantes y su afluencia a las urnas.
Sin duda la siguiente pregunta a responder es cuáles son los efectos electorales de estos eventos climáticos. La evidencia disponible no es del todo concluyente. Sabemos, por ejemplo, que las inundaciones de 2019 en Reino Unido beneficiaron en 2 puntos porcentuales al partido Laborista y que cuando hay olas de calor la gente está más en sintonía con los mensajes sobre el cambio climático. Esto en principio beneficia electoralmente a opciones progresistas. Sin embargo, otras investigaciones muestran que cuando hay eventos climáticos extremos, lo relevante es la inmediatez de las ayudas y la gestión que se hace de ellas. Mientras seguimos acumulando evidencia para entender mejor los efectos del cambio climático, el planeta se calienta y en muchos procesos sociales habremos de abordar no sólo el incordio de los negacionistas sino también los desafíos de adaptar el día a día a un clima cambiante y una meteorología menos predecible. Las elecciones no son una excepción.
*Este artículo como la investigación en la que se basa ha sido elaborada en colaboración con Sarah Birch, Erik Asplund y Maddie Harty.