‘La Niña’ en 2025 se extiende: ¿Qué se puede esperar de este fenómeno climático?
La Niña, un fenómeno meteorológico que se caracteriza por el enfriamiento del océano Pacífico, ya está aquí y comenzará a mostrar su influencia en el clima global. Aunque se anticipaba que sería un evento débil que duraría hasta abril de 2025, los nuevos pronósticos indican que su impacto será más duradero y amplio de lo […]
La Niña, un fenómeno meteorológico que se caracteriza por el enfriamiento del océano Pacífico, ya está aquí y comenzará a mostrar su influencia en el clima global. Aunque se anticipaba que sería un evento débil que duraría hasta abril de 2025, los nuevos pronósticos indican que su impacto será más duradero y amplio de lo que se esperaba inicialmente.
¿Qué es La Niña?
La Niña es parte de un ciclo de variabilidad climática que alterna con ‘El Niño’ y las condiciones neutras, y se caracteriza por una caída en las temperaturas del Pacífico ecuatorial.
En general, La Niña trae consigo sequías en algunas zonas y lluvias intensas en otras, afectando la disponibilidad de agua, el clima agrícola y la intensidad de fenómenos meteorológicos. A pesar de ser considerada débil, sus efectos pueden ser significativos para las comunidades.
De acuerdo con la experta Bárbara Tapia Cortés, de la Organización Meteorológica Mundial, La Niña suele traer condiciones más húmedas a Centroamérica y el norte de Sudamérica, mientras que el centro y el sur de la región experimentan condiciones más secas.
¿Cuánto tiempo durará?
De acuerdo con los pronósticos más recientes del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), La Niña podría mantenerse activa durante los primeros meses de 2025, con probabilidades de que sea así de entre 50% y 70%.
De igual manera, se espera que la fase neutra será después de la primavera, con un 70% de probabilidad de que sea durante el verano y que luego empiece a disminuir su intensidad.
¿Cuáles serán los impactos en el clima de México?
En México, se prevé que lo que resta del invierno será más crudo, con temperaturas gélidas y nevadas. Especialmente a finales de enero y principios de febrero, se esperan contrastes muy intensos de temperaturas.
Al norte del país, se pronostican posibles entradas de aire árticos, que podrían alcanzar temperaturas de hasta -25°C en estados como Chihuahua. Por otro lado, al centro y sur del territorio mexicano habrá un incremento de temperaturas, pero sin llegas a ser muy calurosas.
Habrá un incremento en la intensidad de las lluvias en la región del centro y oriente, desde el Altiplano hasta el Golfo de México. También hay estimaciones de que las olas de calor no serán tan intensas ni seguidas durante la primavera, pues La Niña Neutralizará los anticiclones, que son causantes del calor extremo.
Las lluvias se intensificarán en la región centro-oriental, desde el Altiplano hasta el Golfo de México. Mientras que, en primavera, las olas de calor no serán demasiado intensas y más espaciadas. Tampoco se esperan muchos anticiclones, que son los causantes del calor extremo, pero La Niña los neutralizará.
Durante el verano, el Monzón Mexicano traerá lluvias intensas que se incrementarán a consecuencia de La Niña. Sin embargo, el noreste de México experimentará una temporada más calurosa y seca, con una mayor radiación solar.
Para consultar más información sobre los pronósticos meteorológicos consulta los canales oficiales, como la NOAA y el Servicio Meteorológico Nacional.
¿Podrá La Niña mitigar el calor global?
Aunque La Niña provoca un enfriamiento temporal en el Pacífico, su efecto sobre la temperatura global es limitado. El cambio climático sigue siendo el principal impulsor del aumento de las temperaturas, por lo que, aunque se espera que La Niña modere ligeramente el calor de 2025, seguirá estando entre los años más calurosos de la historia. A pesar de su influencia, el fenómeno no será suficiente para revertir la tendencia de calentamiento global, que ya alcanzó un aumento de 1,5 °C en 2024.
La Niña y la temporada de huracanes
Aunque los pronósticos sugieren que cuando empiece la temporada de huracanes en mayo (Pacífico) y junio (Atlántico), La Niña podría ceder o transitar hacia condiciones neutras, esto no significa que la temporada de huracanes será menos activa.
De hecho, La Niña y las condiciones neutras suelen favorecer un mayor número de ciclones tropicales en el Atlántico. Esto se debe a que las corrientes verticales que favorecen la formación de huracanes se mantienen más estables durante La Niña, en comparación con El Niño, que genera vientos fuertes que dificultan esta formación.
Preparación y monitoreo del impacto
La conclusión de los expertos es clara: estamos frente a un nuevo escenario donde los fenómenos climáticos, como La Niña, interactúan con el cambio climático, y los eventos extremos (sequías, inundaciones y huracanes) serán cada vez más frecuentes y dañinos.
Por esta razón, es esencial que los gobiernos y las comunidades se mantengan alertas y preparados, ya que puede hacer la diferencia en la protección de las vidas humanas y los bienes materiales.