La pausa de los 30 días: ‘tic, toc’…
Trump estiró la liga al máximo para utilizar la amenaza de la imposición de los aranceles a las importaciones de productos mexicanos como arma de negociación para obtener réditos en temas de seguridad nacional y migración.
El presidente Donald Trump llevó al límite la tensión de Estados Unidos con México y Canadá, sus vecinos y socios en Norteamérica, al confirmar su intención de imponer aranceles de 25 por ciento a las mercancías provenientes de ambos países a partir del 4 de febrero.
De acuerdo con lo anunciado el sábado en la tarde desde la cuenta de la Casa Blanca en la red social X, Trump “está tomando medidas decisivas para proteger a los estadounidenses de la crisis del fentanilo. El fentanilo es la principal causa de muerte en los estadounidenses de entre 18 y 45 años. El anuncio arancelario de hoy es necesario para responsabilizar a China, México y Canadá de sus promesas de detener el flujo de drogas venenosas hacia Estados Unidos.
“El presidente Trump está implementando un arancel del 25 por ciento que deberán pagar los productores mexicanos hasta que México coopere con Estados Unidos en la lucha contra las drogas”.
La orden fue firmada desde la residencia de Trump en Mar-a-Lago y fue confirmada por el presidente en la red Truth Social: “Hoy implementé 25 por ciento de aranceles en importaciones a México y Canadá, y un 10 por ciento adicional a China”.
La orden ejecutiva fue emitida al amparo de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) para implementar el esquema de aranceles universales a fin de corregir los desequilibrios en el comercio exterior de EU.
Esta es una decisión del presidente en la que no tiene que consultar al Congreso en tanto siga justificando los aranceles por motivos de seguridad nacional, en este caso detener los flujos ilegales de migrantes y fentanilo.
La orden ejecutiva fue publicada en la página de la Casa Blanca, pero para efectos arancelarios y aduaneros no tiene validez hasta que se publique en el Registro Federal, que es el diario oficial del gobierno de EU, lo que no había ocurrido hasta antes de la supuesta entrada en vigor de los aranceles contra México y Canadá.
Esto quiere decir que la Casa Blanca anunció las medidas arancelarias por parte de la administración Trump y que el presidente firmó la orden ejecutiva, pero al no ser publicada en el Registro Federal, no cuenta para efectos legales.
Puede ser un formalismo legal, pero para su entrada en vigor debe darse aviso en el diario oficial.
Trump estiró la liga al máximo para utilizar la amenaza de la imposición de los aranceles a las importaciones de productos mexicanos por parte de EU como arma de negociación para obtener réditos en temas de seguridad nacional y migración, como el envío de México de 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera norte del país.
Al lograr su cometido en esos temas, acordó poner en pausa los aranceles de 25 por ciento contra México después de su llamada del lunes en la mañana, con una echada para adelante presidenta Claudia Sheinbaum, lo que representó un giro drástico en relación con lo que Trump anunció el sábado.
El presidente de EU pospuso hasta el 4 de marzo la entrada en vigor de los aranceles anunciados e informó de nuevas rondas de negociación “mientras intentamos llegar a un acuerdo entre nuestros dos países”.
Por su parte, él se comprometió con Sheinbaum a trabajar para evitar el tráfico de armas de alto poder a México.
Los mercados financieros en México reflejaron los efectos asociados con la amenaza de aranceles, sobre todo en un debilitamiento del peso frente al dólar hacia niveles de 21.30 unidades, no vistos desde principios de agosto de 2022.
La volatilidad se atenuó con el acuerdo alcanzado entre la presidenta de México y el de EU, contribuyendo a que el lunes el tipo de cambio regresara hacia niveles cercanos a 20.30 pesos, aunque ayer rebotó a 20.55.
La tregua se pactó por 30 días, por lo que la amenaza arancelaria se mantiene, prolongando la incertidumbre hasta que no haya un aplazamiento indefinido por parte de EU, lo que de no materializarse afectaría gravemente la confianza de los negocios y la inversión en México.
Más allá del 4 de marzo, otra fecha importante es el 1 de abril.
Entre todas las órdenes que emitió Trump el 20 de enero, hubo una en la que instruye a varias autoridades a revisar la política comercial de EU para que le hagan propuestas de cómo transformar las relaciones comerciales de su país.
En ese momento es cuando podrían imponerse medidas arancelarias contra México.
A manera de analogía, la bomba de tiempo aún debe ser desactivada: ‘tic, toc’…