Las 72 horas de infierno de Jenni Hermoso tras el Mundial: Rubiales, Vilda con su hermano en el avión... e Ibiza
El juicio del caso Rubiales ha desvelado los testimonios de los testigos de las presuntas coacciones a la jugadora...
Una fecha quedará marcada para siempre —para bien y para mal— en la historia del fútbol femenino español: el 20 de agosto de 2023. Fue el día en el que la selección se proclamó campeona del mundo por primera vez en su historia, y también cuando se desató el mayor escándalo desde que la sección femenina echó a rodar, con el beso —no consentido— de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas, lo que convirtió lo que debió haber sido uno de los días más felices en la carrera de la futbolista en un auténtico infierno.
"Primero, nos abrazamos y la felicitamos, y en un momento, hace como una pausa y me dice: '¿Has visto que me ha dado un beso en la boca?'. Le dije, 'y qué has hecho'. Y me dijo, 'qué voy a hacer, si ha usado la fuerza, me ha agarrado la cabeza'. Me dijo que le había dado asco", le dijo ella a su hermano al encontrarse con él sobre el césped del estadio en el que acababa de alcanzar la máxima gloria deportiva.
El 'pico' de Rubiales dio la vuelta al mundo y provocó un escándalo sin precedentes en España y en la RFEF, que intentó por todos los medios restar importancia a lo que había ocurrido. Y, en ese intento, empezaron las presuntas presiones sobre la máxima goleadora de la historia de la Roja para emitir un comunicado conjunto con el entonces presidente federativo en el que ambos expresaban que había sido una anécdota.
Ella se negó, haciéndole saber que no había estado bien, y las presiones siguieron: desde el estadio en el que el equipo nacional acababa de levantar la Copa del Mundo, pasando por el vuelo de regreso a España, y hasta en las vacaciones de las jugadoras —como recompensa de la RFEF por ganar el Mundial— en Ibiza. Así han relatado los testigos del 'caso Rubiales' en el juicio contra el expresidente cómo vivieron esos días:
La conversación con Rubiales en los vestuarios
Durante su declaración ante la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, en la primera sesión del juicio contra Rubiales, Jenni Hermoso dejó claro que el beso no había sido consentido y que no vio al motrileño "gestualizar con su boca" antes de besarla. Además, la futbolista reveló que le habían pedido que saliese del vestuario en medio de la celebración con sus compañeras para hablar con el expresidente de la RFEF.
"Él me dijo que se estaba hablando mucho por redes sociales y que podíamos pararlo ya. Le dije: 'Te va a caer porque sabes que esto no está bien'. 'Ya sabes que lo he hecho con efusividad, que es el momento'. Yo le dije: 'Ya sabes lo que has hecho", aseguró la jugadora.
Le hicieron bajar del bus para aprobar un comunicado
A esas palabras del motrileño, siguió otra petición cuando ya estaba en el autobús, antes de poner rumbo al hotel en Sídney, para mostrarle un comunicado con declaraciones suyas que iba a ser difundido por la Federación para calmar las aguas. Según García Cuervo, entonces director de Comunicación del organismo y autor de la nota, la jugadora dio su 'ok'. Ella, sin embargo, asegura que su respuesta fue un "haced lo que queráis" de hartazgo junto al aviso de que no iba a hacer nada más sobre el tema.
Las presiones llegan hasta su familia
En el aeropuerto de la ciudad australiana, la tensión siguió escalando. Su hermano, Rafael Hermoso, detalló este jueves que Jenni fue llevada a una sala aparte tras pasar el control de seguridad "para hablar con ella". "Vino con el morro un poco torcido. Conociéndola, ya sabía que algo le habían dicho. Medio llorando nos dijo que la estaban presionando para salir y que se posicionara, y le restara importancia al hecho del beso", aseguró.
Y ya en el avión, las presiones llegaron hasta la familia de la jugadora. Tal y como ha afirmado su hermano, Luis Rubiales pidió al seleccionador Jorge Vilda que hablase con él para que tratase de convencer a Jenni. Al principio, el técnico utilizó "un tono muy afable, muy normalito", "hasta de peloteo", mientras hablaban del Mundial y "ensalzaba" la figura de Jenni y su Mundial, antes de empezar a hablar del beso. "Fíjate un beso consentido, que ha sido entre dos personas que se aprecian, que no tiene ninguna importancia, y el bombo que le están dando", narró que le había dicho el entrenador madrileño, que entonces le pidió que hablase con su hermana.
"Yo le dije que si creía que era conveniente, si creía que mi hermana tenía que salir dando explicaciones de algo que no había hecho. Y me dijo: 'es lo mejor para todos'. Yo le dije: 'para todos, ¿para quién?'. Y dijo: 'si esto sigue, se va a hacer más grande y va a perjudicar a todos". Además, según el relato de Hermoso, Vilda "dejó caer" que Jenni Hermoso "ya tenía una edad". "La última frase que me dijo fue que tuviéramos en cuenta las consecuencias tanto profesionales como personales que esto podía tener para mi hermana", concluyó su relato.
Insistencia en Ibiza
Al llegar a Ibiza, Jenni Hermoso terminó de romperse: "Antes de la rúa por las calles de Ibiza para celebrar con la afición, recuerdo perfectamente que subo, me siento, y viene al lado y se me pone a llorar: 'Que no sé qué hago aquí, que no puedo más, tía, que no puedo más", relató Alexia Putellas en su declaración.
Eso fue antes de llegar al hotel, donde la insistencia sobre la futbolista madrileña volvió a tomar forma. Laia Codina testificó este jueves que Rubén Rivera pidió a Hermoso que cargase el móvil "más de dos o tres veces, seguro" en "menos de media hora". Además, cuando todas fueron a ver el atardecer, el exdirector de márketing de la RFEF fue "cinco o seis veces mínimo" para pedirle a la delantera que hablase con Albert Luque, que había viajado a la isla para hablar "expresamente con ella", momento en el que la jugadora de Tigres "se agobia y se pone a llorar otra vez".
Fue una Ana Ecube, amiga de Hermoso, la que finalmente bajó a hablar con Luque al hall del hotel en el que se alojaban. Durante la charla, que se desarrolló en el despacho de la directora del alojamiento, el exdirector de fútbol masculino de la Federación llegó incluso a ofrecerle trabajo a las dos: "Me dijo: 'Si nos ayudáis, ya sabéis que Luis devuelve muy bien los favores, y no os va faltar trabajo ni a ti ni a Jenni".
El juicio al expresidente de la RFEF, además, ha revelado los mensajes que Luque envió a Ecube a través de Whatsapp tras la negativa de Jenni Hermoso de hablar con él: "Me parece tan injusto, tan injusto lo que se le está haciendo a Luis [Rubiales]. Me parece de tanta bajez humana la actitud de Jenni... Tan poca empatía y humanidad... Un simple gesto, quitarle a una persona el marrón más grande de su vida... Sabiendo ella que hay mala fe 0, subiéndose al carro de matarlo".
"¿No recibir al director deportivo de la RFEF y amigo dos minutos? Solo le deseo en la vida que le devuelva lo que le está haciendo pagar a una persona injustamente, pero no se merece nada por la poca humanidad que tiene... Cada uno le da con el tiempo lo que se merece", añadió Luque.
Y no quedaron ahí los mensajes del exdirectivo de la Federación, que también le pidió a Ecube que le transmitiese algo a la jugadora: "Dile a Jenni de mi parte que esto son dos días y se encontrará después solita, solita, y yo, que no soy de alegrarme del mal de nadie, esta vez estaré contento por primera vez en mi vida, porque es la primera vez que he visto una injusticia enorme de una persona sin corazón. ¿Y encima se tatúa? Pero, ¿quién te crees que eres tú chica? Tiempo... Cada uno lo pondrá en su sitio...".
A partir de este lunes, cuando será el turno de declarar para Montse Tomé, se conocerán las versiones de los acusados: está previsto que Luis Rubiales, que se enfrenta a dos años y medio de prisión por los delitos de agresión sexual y coacciones, Jorge Vilda, Rubén Rivera y Albert Luque, acusados de coacciones, testifiquen a partir del 12 de febrero.