Los temblores, calambres y la apatía, entre los síntomas de hipotermia que debemos saber identificar
Los perros son animales de sangre caliente y pueden mantener su temperatura corporal entre los 36°C y los 42°C.
El mes de enero ha dejado en España las primeras olas de frío y nevadas del año, lo que ha conllevado una bajada de temperaturas propias de la época invernal que nos ha obligado a sacar los jerséis de cuello alto, los guantes, bufandas y gorros, todo lo necesario para protegernos del frío, algo que también tendríamos que cuidar en nuestros animales de compañía.
Aunque es cierto que muchos de nuestros peludos están capacitados para mantener una temperatura corporal constante, la realidad es que debemos también fijarnos en sus señales y síntomas, especialmente cuando salimos de casa con ellos, como ocurre en el caso de los perros. Ya que pueden estar pasando frío y no estar dándonos cuenta.
Lo primero que debemos saber es que los perros son animales de sangre caliente y pueden mantener su temperatura corporal entre los 36 °C y los 42 °C. "Dicha temperatura se mantiene en sus niveles de normalidad debido a los procesos metabólicos propios en el organismo", explican los expertos veterinarios de SURvet, hospital veterinario especializado en Emergencias, Cuidados Intensivos y Referencias veterinarias.
"Cuando estos ascienden (hipertermia) o descienden (hipertermia) a rangos críticos, se activarán automáticamente mecanismos metabólicos de respuesta para general calor o deshacerse de él y evitar sufrir daños importantes, incluso la muerte", agregan.
Síntomas de la hipotermia canina
Sobre la hipotermia, debemos saber que según la raza canina con la que convivamos, su tamaño y su pelaje (especialmente esto último), nuestro perro soportará mejor o peor el frío y, por tanto, los síntomas aparecerán antes o después, así como variarán sus cuidados.
"La hipotermia se produce cuando existe una temperatura corporal por debajo del rango normal en nuestro perro", detallan los veterinarios de SURvet. "Esto es peligroso, ya que implica que el organismo del perro debe afrontar una pérdida de calor corporal más rápidamente de lo que es capaz de producirla".
En este sentido, desde el hospital veterinario indican que los perros pequeños son más propensos a la pérdida de calor (ya que tienen más proporción de área superficie-masa corporal), algo que también ocurre con perros con poca o movilidad física, que se encuentren débiles o aquellos que estén enfermos. "En estos casos suelen tener alteradas sus capacidades de termorregulación y no retienen el calor correctamente", cuentan.
Teniendo en cuenta esto, ¿qué síntomas debemos conocer y van a presentar nuestros perros si empiezan a sufrir hipotermia? La fatiga, los escalofríos, la palidez en la piel y la rigidez muscular son algunos de las primeras señales que veremos. No obstante, si la hipotermia empeora, le bajará la presión arterial, comenzarán con una respiración más superficial y, en los casos más graves, se dilatarán sus pupilas.
Si la temperatura desciende más allá de los 31ºC y el perro no es atendido de urgencia la muerte es inevitable
Pero, ¿en qué momento nuestro perro está expuesto a la hipotermia y, por ello, debemos tomar más precauciones? Según los veterinarios, deberíamos preocuparnos cuando la temperatura de nuestros canes baja de los 34 °C, momento en el que podremos apreciar calambres y ligeros temblores.
"En condiciones más severas de descenso de temperatura corporal, se producirá apatía, se podrá observar una postura corporal forzada, pulso y respiración débiles e inquietud", describen. "Si a partir de ahí no ayudamos rápido a nuestro perro a recuperar su temperatura normal, se pueden producir la vasodilatación periférica, una reducción drástica del ritmo metabólico, una depresión del sistema nervioso y una reducción en la respuesta del hipotálamo".
Además, los expertos advierten que si la temperatura desciende más allá de los 31ºC, momento en el cual se detiene el proceso natural de termorregulación y, de no ser atendido de urgencia, la muerte es inevitable.
Por este motivo, es importante abrigar a nuestros perros con jerséis o abrigos diseñados para ellos, evitar salir a dar los paseos en las horas con menor luz (y por tanto, más frío) y, sobre todo, si notamos cualquiera de estos síntomas leves, volver a casa y arroparles con una mantita para ayudarles a recuperar el calor o, de identificar signos más graves, acudir de urgencia a nuestro veterinario de confianza.