Sarah Blaffer: "Las respuestas hormonales en los hombres que cuidan de sus bebés son similares a las de las madres"

En su libro 'El padre en escena', la antropóloga evolutiva perfila la historia del cuidado paterno y derriba estereotipos y sesgos de género que la ciencia evolutiva arrastra desde hace muchoNo ir al médico también es un síntoma de masculinidad hegemónica y se puede curar en el centro de salud La madres están diseñadas para cuidar, los padres no. Es una afirmación casi dada por hecho en nuestras sociedades, gracias, en parte, a la ciencia evolutiva, que hace mucho confirmó esa división sexual del trabajo como algo 'natural' que sucedía también en otros mamíferos. También lo creía así Sarah Blaffer Hardy (EEUU, 1946) cuando comenzó su carrera profesional y su vida como madre. Pero los cambios sociales que observó conforme avanzaban las décadas, llevó a esta antropóloga evolutiva y primatóloga, una de las más reputadas, a cuestionar esa máxima. Lo que encontró lo cambió todo: los sesgos de género habían influido en las teorías evolutivas, habían hecho que ciertas realidades se magnificaran y que otras no se tuvieran en cuenta. En El padre en escena. Una historia natural de padres y bebés (Capitán Swing), Blaffer Hardy demuestra cómo los hombres están diseñados para cuidar y de qué manera fue el cuidado cooperativo, en el que intervenían individuos más allá de las madres o los padres biológicos, y no la competición lo que permitió la supervivencia y la evolución de la especie. La antropóloga da una lección de historia natural, evolución, hormonas, comportamiento, que derriba algunos de los estereotipos que aún sostienen la desigualdad. Empieza el libro hablando de prejuicios, empezando por los suyos propios cuando comenzó las investigaciones que desembocaron en este libro. Sin embargo, la ciencia aparece a menudo como algo neutral, imparcial. ¿Es posible una ciencia sin sesgos, existe eso? Tal vez sí, si te dedicas a la física o si eres astrónomo. Pero incluso si eres astrónomo, crecemos en un mundo que decide qué es lo normal. Durante años he estudiado las estrategias reproductivas y la crianza a través de las especies. Todo el mundo, incluso las personas que crecieron en las familias más disfuncionales, piensan que saben cómo debe ser una familia funcional. Hay ciertos estereotipos que están tan arraigados... Los científicos piensan que lo que están haciendo es objetivo, pero no es realmente posible. Existen esos prejuicios, estos estereotipos de lo que debería ser un hombre y una mujer adecuados. Y en mi país ahora mismo están volviendo a lo grande. Sugiere que Darwin y otros naturalistas 'veían' o encontraban lo que esperaban ver. ¿Hasta qué punto los sesgos de género han influido en la manera en que se ha consolidado un relato científico en el que las mujeres son cuidadoras y los hombres son proveedores casi de manera natural, en el que el cuidado es algo materno pero no paterno? Quiero ser clara, porque mi razonamiento supone criticar a dos de mis mayores héroes. Creo que la teoría de la evolución de Darwin a través de la selección natural fue revolucionaria. En ese libro, sin embargo, estaba muy preocupado por el establishment religioso y por la religión de su propia esposa. Así que dijo, 'oh, me ocuparé de los seres humanos más tarde'. Eso llegó en 1871, cuando publicó su libro sobre los humanos, y lo tituló Selección Sexual y la Descendencia del Hombre. La teoría de la selección sexual es una de las teorías más originales de Darwin. Y no es errónea, pero es incompleta. Deja fuera los tipos de selección que son más importantes para, por ejemplo, las madres. Y deja de lado la selección social, que en el caso de los humanos se vuelve mucho más importante en el Pleistoceno, donde todo el mundo tenía que cooperar para que alguien sobreviviera. Los científicos piensan que lo que están haciendo es objetivo, pero no es realmente posible. Existen esos prejuicios, estos estereotipos de lo que debería ser un hombre y una mujer adecuados ¿Qué tiene de importante el Pleistoceno en sus averiguaciones y teorías? En el Pleistoceno no existía este cambio climático, pero había sequías alternadas con lluvias torrenciales, y era muy difícil para esos simios bípedos mantenerse alimentados y criar lo que, de hecho, son las crías más costosas y de maduración más lenta del planeta, que son los bebés humanos, al menos en animales terrestres. Así que necesitaban ayuda, eran interdependientes. Los hombres necesitaban a las mujeres para poder permitirse ir de caza. Las mujeres necesitaban a los hombres porque aportaban esta importante fuente de proteínas, pero no de forma fiable. Salían a cazar todos los días del mes, pero de acuerdo con las mejores estimaciones que tenemos traían de vuelta una gran cantidad de carne sólo alrededor del 3% de las veces que salían. Así que se necesitaban unos a otros, y eso significaba que la gente tenía que preocuparse por lo que otros pensaban de ellos y convirtió en algo

Feb 8, 2025 - 06:11
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Sarah Blaffer: "Las respuestas hormonales en los hombres que cuidan de sus bebés son similares a las de las madres"

Sarah Blaffer: "Las respuestas hormonales en los hombres que cuidan de sus bebés son similares a las de las madres"

En su libro 'El padre en escena', la antropóloga evolutiva perfila la historia del cuidado paterno y derriba estereotipos y sesgos de género que la ciencia evolutiva arrastra desde hace mucho

No ir al médico también es un síntoma de masculinidad hegemónica y se puede curar en el centro de salud

La madres están diseñadas para cuidar, los padres no. Es una afirmación casi dada por hecho en nuestras sociedades, gracias, en parte, a la ciencia evolutiva, que hace mucho confirmó esa división sexual del trabajo como algo 'natural' que sucedía también en otros mamíferos. También lo creía así Sarah Blaffer Hardy (EEUU, 1946) cuando comenzó su carrera profesional y su vida como madre. Pero los cambios sociales que observó conforme avanzaban las décadas, llevó a esta antropóloga evolutiva y primatóloga, una de las más reputadas, a cuestionar esa máxima. Lo que encontró lo cambió todo: los sesgos de género habían influido en las teorías evolutivas, habían hecho que ciertas realidades se magnificaran y que otras no se tuvieran en cuenta. En El padre en escena. Una historia natural de padres y bebés (Capitán Swing), Blaffer Hardy demuestra cómo los hombres están diseñados para cuidar y de qué manera fue el cuidado cooperativo, en el que intervenían individuos más allá de las madres o los padres biológicos, y no la competición lo que permitió la supervivencia y la evolución de la especie. La antropóloga da una lección de historia natural, evolución, hormonas, comportamiento, que derriba algunos de los estereotipos que aún sostienen la desigualdad.

Empieza el libro hablando de prejuicios, empezando por los suyos propios cuando comenzó las investigaciones que desembocaron en este libro. Sin embargo, la ciencia aparece a menudo como algo neutral, imparcial. ¿Es posible una ciencia sin sesgos, existe eso?

Tal vez sí, si te dedicas a la física o si eres astrónomo. Pero incluso si eres astrónomo, crecemos en un mundo que decide qué es lo normal. Durante años he estudiado las estrategias reproductivas y la crianza a través de las especies. Todo el mundo, incluso las personas que crecieron en las familias más disfuncionales, piensan que saben cómo debe ser una familia funcional. Hay ciertos estereotipos que están tan arraigados... Los científicos piensan que lo que están haciendo es objetivo, pero no es realmente posible. Existen esos prejuicios, estos estereotipos de lo que debería ser un hombre y una mujer adecuados. Y en mi país ahora mismo están volviendo a lo grande.

Sugiere que Darwin y otros naturalistas 'veían' o encontraban lo que esperaban ver. ¿Hasta qué punto los sesgos de género han influido en la manera en que se ha consolidado un relato científico en el que las mujeres son cuidadoras y los hombres son proveedores casi de manera natural, en el que el cuidado es algo materno pero no paterno?

Quiero ser clara, porque mi razonamiento supone criticar a dos de mis mayores héroes. Creo que la teoría de la evolución de Darwin a través de la selección natural fue revolucionaria. En ese libro, sin embargo, estaba muy preocupado por el establishment religioso y por la religión de su propia esposa. Así que dijo, 'oh, me ocuparé de los seres humanos más tarde'. Eso llegó en 1871, cuando publicó su libro sobre los humanos, y lo tituló Selección Sexual y la Descendencia del Hombre. La teoría de la selección sexual es una de las teorías más originales de Darwin. Y no es errónea, pero es incompleta. Deja fuera los tipos de selección que son más importantes para, por ejemplo, las madres. Y deja de lado la selección social, que en el caso de los humanos se vuelve mucho más importante en el Pleistoceno, donde todo el mundo tenía que cooperar para que alguien sobreviviera.

Los científicos piensan que lo que están haciendo es objetivo, pero no es realmente posible. Existen esos prejuicios, estos estereotipos de lo que debería ser un hombre y una mujer adecuados

¿Qué tiene de importante el Pleistoceno en sus averiguaciones y teorías?

En el Pleistoceno no existía este cambio climático, pero había sequías alternadas con lluvias torrenciales, y era muy difícil para esos simios bípedos mantenerse alimentados y criar lo que, de hecho, son las crías más costosas y de maduración más lenta del planeta, que son los bebés humanos, al menos en animales terrestres. Así que necesitaban ayuda, eran interdependientes. Los hombres necesitaban a las mujeres para poder permitirse ir de caza. Las mujeres necesitaban a los hombres porque aportaban esta importante fuente de proteínas, pero no de forma fiable. Salían a cazar todos los días del mes, pero de acuerdo con las mejores estimaciones que tenemos traían de vuelta una gran cantidad de carne sólo alrededor del 3% de las veces que salían. Así que se necesitaban unos a otros, y eso significaba que la gente tenía que preocuparse por lo que otros pensaban de ellos y convirtió en algo muy importante la reputación de las personas. Los hombres estaban compitiendo para ser el más generoso en lugar de, como un chimpancé, obtener la mayor cantidad de carne para el macho dominante.

Usted defiende que había cooperación...

Darwin asumió que los machos iban a competir y las hembras iban a elegir al mejor macho. Ese es un modelo perfectamente bueno para un montón de sistemas de cría, pero no necesariamente encaja para los humanos en el Pleistoceno. Yo argumento que con el fin de mantener cualquier descendencia con vida tuvimos que haber sido criadores cooperativos, es decir, los miembros del grupo que no sean los padres, además de los padres, tuvo que ayudar a cuidar y proporcionar descendencia mientras crecían. Todos tenían que ayudar. Esto significaba que las crías crecían en un grupo en el que los pequeños dependían de más de una persona. Y esto entra en los prejuicios de mi otro héroe, que es John Bowlby, que escribió sobre el apego.

¿Por qué?

Bowlby ha hecho más por el bienestar humano que cualquier otro pensador evolutivo porque dijo: tenemos que prestar atención a las necesidades de los bebés, a la necesidad de un bebé humano de sentirse seguro y cuidado. Por desgracia, tomó como modelos a gorilas, chimpancés, macacos y babuinos. Dijo que eligió esas cuatro especies porque todas eran terrestres y pasaban mucho tiempo en el suelo. Y sabía que Darwin tenía razón, y que nuestros antepasados habían evolucionado en África a partir de un simio parecido. Así que tomó estas especies como plantilla. Podría haber tomado otras especies terrestres, como los monos langur, una especie cuyos bebés son cuidados por otras hembras el 50% del tiempo, pero no lo hizo. Así que creo que había un cierto sesgo victoriano.

Darwin asumió que los machos iban a competir y las hembras iban a elegir al mejor macho. Ese es un modelo perfectamente bueno para un montón de sistemas de cría, pero no necesariamente encaja para los humanos en el Pleistoceno

Pero entonces, ¿significa esto que hay suficientes evidencias para afirmar que ha existido un cuidado paterno consolidado en la historia, que el relato de las hembras cuidadoras y los machos que van por su cuenta es algo más construido que 'natural'?

Darwin proyectaba la misma estructura familiar que veía como óptima, el ideal de una madre y un padre, y los padres yendo a trabajar, volviendo a casa, manteniendo a la familia. El problema con ese modelo, al menos para el Pleistoceno, es que los hombres no podían cumplir con los términos de un contrato sexual en el que las mujeres garantizaran la certeza de la paternidad del hombre a cambio de carne porque él no podía abastecerlos de forma fiable. También necesitaban carne de otros hombres, necesitaban compartir. Lo que es interesante acerca de Darwin, que era un naturalista erudito, es que él conocía las especies donde los machos daban la mayor parte de la atención a las crías. Sabía acerca de los emúes. Sabía sobre el casuario.

¿Qué enseña el casuario?

En Nueva Guinea y Australia, el casuario hembra es del linaje más antiguo de aves, las ratitas. Y se cree que son más parecidos a los dinosaurios. Y los dinosaurios, por cierto, tenían cuidado parental. Pero de todos modos, en los casuarios, los machos establecían un territorio. La hembra llega y pone una enorme nidada de huevos azules en su territorio y allí los cuida durante meses. La hembra se va a reproducir con otros machos en otros territorios y deja sus huevos allí. Cuando los polluelos eclosionan, este macho acecha alrededor de la selva cuidando a las crías, enseñándoles qué comer, manteniéndolas a salvo de los depredadores, etcétera, durante nueve meses.

Y no es el único ejemplo.

La rana de Darwin, una rana que él descubrió, es un tipo en la que los machos cuidan los huevos en su boca, y luego los huevos se convierten en renacuajos dentro de su boca. No traga durante todo ese tiempo. Pasa hambre para no tragarse a sus bebés hasta que, uno a uno, los bebés salen de su boca. Años antes de escribir La selección sexual escribió a su buen amigo Charles Lyell y le dijo 'por cierto, nuestros antepasados eran peces que vivían en mundos acuáticos. Tenían vejigas natatorias y aletas, y eran hermafroditas, lo que significa que tenían rasgos masculinos y femeninos'. Conocía los capones, cuyos machos se sentaban sobre los huevos y empezaban a cuidar de los polluelos cuando nacían. Él sabía que este tipo de transferencia de sexo cruzado podría suceder, pero cuando se trataba de seres humanos, él dejaba fuera estos hechos. Y eso es ser parcial. ¿Fue intencional porque no quería ofender demasiado a la gente o fue implícito? Yo creo que fue subconsciente. No creo que fuera consciente porque para entonces ya se había jugado el cuello hablando sobre la evolución.

Si buscamos los orígenes del cuidado parental hay que decir que el cuidado paterno evolucionó antes que el materno

¿Qué viene primero, las hormonas o el comportamiento?, ¿son las hormonas las que moldean el comportamiento cuidador o el comportamiento cuidador influye en nuestras hormonas?

Cuando los bebés nacen, las madres a menudo han pasado por la gestación, y durante el embarazo los niveles de prolactina y de estrógeno suben, y los niveles de progesterona caen después el parto. Es la oxitocina, esta hormona que promueve respuestas afiliativas, la que desencadena el parto, pero también trae esta propensión a vincularse con el bebé después. Y luego está la lactancia y los niveles altos de prolactina y oxitocina. Todas esas hormonas preparan a la madre para responder de forma cariñosa. Por eso, cuando en el siglo XXI descubrimos que las respuestas hormonales en los hombres eran muy similares, que cuando cuidan a los bebés, su prolactina sube y su testosterona baja, vimos que es el comportamiento cambiando las hormonas. Así que en las madres las hormonas preparan el escenario, y hacen muy probable que se preocupen por sus bebés, pero el comportamiento puede desencadenar la liberación de esas hormonas en alguien que no ha gestado, no ha dado a luz o no ha dado lactancia. Eso es bastante sorprendente. Fue entonces cuando tuve que viajar en el tiempo e ir a donde los antropólogos normalmente no van, a nuestros ancestros vertebrados hace más de 400.000 años. Porque si nos fijamos en donde venimos, todos los animales vivos en la Tierra hoy en día descendemos de estos antiguos vertebrados.

¿Y qué se encontró allí?

Las moléculas que contribuyen al cuidado masculino en los peces son, o las mismas moléculas o sus homólogas a las de los mamíferos. La prolactina en realidad primero evoluciona para controlar el equilibrio del agua en los peces y ranas. Si nos fijamos en los caballitos de mar, que es donde la hembra inyecta sus huevos en un saco en el vientre del macho, mientras están allí, es la prolactina la que le induce al macho a producir una sustancia nutritiva dentro de su vientre para alimentar a esos bebés, y también para proporcionarles oxígeno. No es la lactancia, pero funcionalmente es la misma cosa. Así que en el libro sostengo que si buscamos los orígenes del cuidado parental hay que decir que el cuidado paterno evolucionó antes que el materno.

Cuando una madre mamífera cuida de sus bebés se activan las mismas neuronas en su cerebro y las mismas hormonas y neuropéptidos que evolucionaron en los padres para que cuidaran de sus bebés. Esta es la razón por la que, cuando estaba escribiendo este libro, solía despertarme por la noche y empecé a tener migrañas y fue horrible. Yo sabía que esto era difícil de creer, también para mí.

Usted escribe que la oxitocina ya no puede considerarse una hormona exclusivamente femenina. Y que los mamíferos nacen predispuestos a apegarse a varios cuidadores. Entonces, ¿qué piensa usted cuando escucha el retorno de idas vinculadas a la crianza con apego pero que priorizan por encima de todo el contacto con la madre, la lactancia materna, la atención de la madre...?

Los datos hablan por sí mismos. Cuando fui madre primeriza se debatía si debíamos tener guardería y se argumentaba que los bebés que iban a la guardería crecerían siendo más agresivos y menos sociables. Era un gran debate que ha desaparecido, creo que es bueno. La gente se da cuenta de que la escuela infantil en sí no perjudica a los niños. Pero deberíamos preguntarnos cómo podemos hacer que sean mejores para los niños y para los padres, y que estén más disponibles y sean más asequibles. Por ejemplo, que a los trabajadores de la guardería no se les pague menos que a otra gente y que no haya tanta rotación para que haya más estabilidad, porque el bebé necesita poder confiar y conocer y sentirse familiarizado. Pero los bebés humanos son notablemente generosos y flexibles sobre a quién pueden apegarse: se apegan a quien sea receptivo y cariñoso. Soy partidaria de la lactancia materna, tiene beneficios emocionales e inmunológicos. Pero el hecho es que los bebés alimentados con leche pasteurizada o biberones de tetina de goma y fórmulas sofisticadas muy nutricionales sobreviven muy bien. Así que la lactancia tiene beneficios, pero no es la única manera de criar a un bebé emocional y físicamente sano.

Soy partidaria de la lactancia materna, tiene beneficios emocionales e inmunológicos. Pero el hecho es que los bebés alimentados con leche pasteurizada o biberones de tetina de goma y fórmulas sofisticadas muy nutricionales sobreviven muy bien

Hay una broma, de humor ácido, entre muchas madres que ironizan con el hecho de que sus parejas hombres parecen quedarse sordas cuando sus bebés se despiertan por la noche y necesitan atención. Pero hay quien justifica ese hecho porque, aseguran, es asunto biológico: las madres están programadas para cuidar de sus crías y los padres no. Esto contradice mucho de lo documentado por usted, ¿cómo respondería a esta afirmación?

Nací en 1946 cuando crecí en Texas nunca vi a un hombre cambiar un pañal. Cuando di a luz a mi primer hijo, en 1977, mi marido era médico y yo estaba en paro, era ambiciosa, ya había publicado dos libros, y quería hacer más. Sin embargo, era él quien tenía que levantarse e ir al hospital todos los días. Cuando Katrinka se despertaba por la noche, yo me despertaba como un tiro, pero él seguía durmiendo y no se enteraba. Entre 2006 y 2010, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. entrevistó a más de 20.000 hombres. 2.200 de los cuales vivían en hogares donde había niños menores de cinco años. Nueve de cada diez de esos padres respondieron que en la última semana habían cuidado, cambiado pañales, bañado o alimentado a un niño. Incluso si estos hombres estaban exagerando, para mí fue sorprendente que dijeran que cuidaban bebés. En mi juventud, un hombre sentiría vergüenza decirlo. Se preocuparían, como Donald Trump cuando se postuló para presidente por primera vez, que se jactó de que nunca había cambiado un pañal. Estaba orgulloso de ello, pero tenía exactamente mi edad, es de mi generación.

Pero estos estereotipos de masculinidad no han hecho ningún favor a los hombres y esto no es un complot feminista. Esto también ayuda a los hombres y eso es lo que tenemos que transmitir. Estamos en el siglo XXI, tenemos una crisis de cuidados y los hombres podrían ayudar con esa crisis y sería satisfactorio también para ellos. Lo que el trabajo con el cerebro está mostrando es que el cuidado proporciona una liberación de dopamina, lo mismo que con respuestas placenteras. Por otro lado, tenemos muchas muertes por desesperación de hombres que mueren por sobredosis o suicidio, que se sienten desplazados, innecesarios. Pues bien, en lugar de quejarse, preocúpense, expresen sus emociones afectuosas y se sentirán más realizados.

De hecho, un 'exceso de masculinidad' puede traer cosas negativas

A los hombres les preocupa que cuando baja la testosterona se conviertan en débiles o menos competitivos. Eso no es necesariamente cierto, además lo que sí sabemos es que la testosterona interfiere con su sistema inmunológico y también, en la medida en que está involucrada en el aumento de la agresividad, son más propensos a morir y están tomando más riesgos. Los hombres mueren a lo largo de la historia más que las mujeres porque están más involucrados en la violencia. Ahí están los costos sociales de mantener estas ideas. Si nos fijamos a través de las culturas y la Historia, son las sociedades muy patriarcales donde los hombres no están cerca de los niños las que son más belicosas.

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