Cómo el impuesto mínimo global redefine la fiscalidad para las empresas multinacionales
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El panorama fiscal internacional ha experimentado una importante transformación con la implantación del impuesto mínimo global.
- En este artículo, conocerás al detalle qué es el impuesto mínimo global.
- Además, conoce cómo el impuesto mínimo global va a redefinir las estrategias fiscales de las empresas multinacionales.
El impuesto mínimo global es una medida, impulsada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el G20. Finalmente, fue acordada en 2021 por los países firmantes del llamado Marco Inclusivo.
A continuación, analizaremos en profundidad qué es el impuesto mínimo global y cómo está reconfigurando las estrategias fiscales de las multinacionales, así como sus principales desafíos y oportunidades.
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CONTENIDO DEL POST
¿Qué es el impuesto mínimo global?
El impuesto mínimo global determina una tasa impositiva mínima del 15 % para las multinacionales con ingresos superiores a los 750 millones de euros.
En otra palabras, surge como respuesta a las prácticas de erosión de la base imponible y transferencia de beneficios (BEPS). Estas estrategias permitían a las multinacionales trasladar sus ganancias a territorios con baja o nula tributación, lo que se traducía en una pérdida de ingresos fiscales en los países donde realmente operaban.
Con este cambio:
- Se reduce la competencia fiscal entre países: esto impide que determinados países reduzcan los impuestos a las multinacionales para atraer inversión extranjera. De esta forma se evitan paraísos fiscales para multinacionales
- Se fomenta la transparencia y la equidad fiscal: las multinacionales compiten de una manera más justa con empresas locales más pequeñas que pagan un tipo impositivo más alto.
- Se frena la erosión de bases imponibles: esto mejora la recaudación tributaria de todos los países firmantes.
¿Cómo funciona el impuesto mínimo global?
Las empresas multinacionales con ingresos superiores a 750 millones de euros deberán calcular su Tipo Efectivo de Gravamen (TEG) sobre sus beneficios obtenidos en cada una de las jurisdicciones en las que operan.
Si bien esto puede ser complejo, el impuesto efectivamente pagado en un país es inferior al 15 %, la empresa deberá pagar la diferencia a su país de origen.
Impacto en las estrategias fiscales
La implementación del impuesto mínimo global está obligando a las empresas multinacionales a replantear sus estrategias fiscales. Algunas de las principales consecuencias son:
- Reestructuración de grupos empresariales. Por ejemplo, muchas empresas están revisando sus estructuras corporativas y la ubicación de sus filiales para optimizar su tributación a nivel global y minimizar el impacto del nuevo impuesto.
- Cálculo del TEG. Las multinacionales con ingresos superiores a 750 millones de euros deberán calcularlo. Para ello, deben tener en cuenta sus resultados contables ajustados y realizar algunos ajustes fiscales, que pueden aumentar su carga tributaria. Es imprescindible para poder determinar si una multinacional tiene que pagar más impuestos, si su TEG se encuentra por debajo del 15 %.
- Mayor transparencia. Las empresas deberán proporcionar información más detallada sobre sus operaciones y beneficios a las autoridades fiscales de los diferentes países en los que operan.
- Limitación de deducciones y exenciones. La aplicación de esta normativa puede limitar las deducciones y exenciones incrementando la carga fiscal de las multinacionales.
- Costes de cumplimiento. El cumplimiento de las nuevas normas implicará mayores costes administrativos y legales para las empresas. Se han establecido multas y sanciones para las empresas que omitan datos o presenten información incorrecta en sus declaraciones fiscales. Estas multas pueden llegar a los 10.000 euros por cada dato erróneo, con un límite del 1 % de la cifra de negocios anual.
- Nuevos modelos de negocio. Algunas empresas podrían optar por cambiar sus modelos de negocio para adaptarse a la nueva realidad fiscal.
- Adaptación a las nuevas normativas. Las empresas deberán invertir en consultoría fiscal y tecnología para cumplir con sus nuevas obligaciones fiscales.
Desafíos y oportunidades
La implementación del impuesto mínimo global plantea numerosos desafíos, tanto para las empresas como para las administraciones tributarias. Entre los principales desafíos se encuentran:
- Definición de los beneficios imponibles. La determinación de los beneficios imponibles a nivel global puede ser compleja y dar lugar a interpretaciones divergentes.
- Cooperación internacional. La efectiva aplicación del impuesto mínimo global requiere una estrecha colaboración entre las administraciones tributarias de los diferentes países. Esto se puede traducir en acuerdos bilaterales más sólidos.
- Evolución del entorno fiscal. Es probable que el impuesto mínimo global evolucione con el tiempo, dando lugar a nuevas interpretaciones y ajustes normativos.
- Posibles disputas fiscales. Podrían surgir conflictos entre países sobre la aplicación del impuesto.
A pesar de los desafíos, el impuesto mínimo global también presenta oportunidades para las empresas. Aquellas que se adapten rápidamente a la nueva normativa y optimicen sus estrategias fiscales podrán obtener una ventaja competitiva. Además, el establecimiento de un tipo mínimo de tributación puede contribuir a crear un entorno fiscal más justo y equitativo a nivel global.
¿Cómo prepararse para este cambio?
Para abordar estos cambios las empresas multinacionales pueden hacer lo siguiente:
- Auditorías internas. Las empresas deben identificar las jurisdicciones donde operan y determinar si cumplen con el impuesto mínimo global.
- Colaboración con expertos fiscales. Contar con asesores especializados facilitará la adaptación a estas nuevas normativas.
- Uso de tecnología avanzada. Herramientas como Sage 200 pueden simplificar la gestión tributaria y garantizar el cumplimiento normativo de manera eficiente.
En resumen, el impuesto mínimo global marca un punto de inflexión en la fiscalidad internacional. Las multinacionales deberán adaptarse a esta nueva realidad y adoptar estrategias fiscales más transparentes y eficientes. Si bien el camino hacia la implementación plena de esta medida aún presenta desafíos, su impacto a largo plazo será significativo y mejorará la recaudación fiscal.
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