Devaluación: ¿Antes del 26 de octubre, después o “nunca”?
Hay que ignorar los informes basados en la pura especulación contra el peso y prestarle atención a la evolución de la balanza comercial
Un banco internacional pronostica que se producirá un salto en el tipo de cambio oficial luego de la elección de medio período; un economista argentino recomienda que la corrección cambiaria se produzca “ya mismo” y el Poder Ejecutivo Nacional afirma que la persistencia de la política económica centrada en el equilibrio fiscal asegura que no se producirá ni lo uno ni lo otro. Cardíacos, tomar precauciones.
Estas líneas buscan ayudar a quien tiene que adoptar decisiones. Para esta persona es irrelevante lo que yo pienso que deberían hacer las autoridades, porque las decisiones deben ser tomadas sobre la base de lo que se piense que harán Javier Milei, Luis Caputo y Santiago Bausili.
El núcleo de la actual política económica es el equilibrio fiscal, cuya permanencia está fuera de dudas. En este contexto, ¿por qué el Poder Ejecutivo podría estar pensando en implementar un salto devaluatorio?
En la Argentina de 2025 el interés por el tipo de cambio no se circunscribe a un puro movimiento especulativo porque también operan los efectos que la política económica tiene sobre las importaciones, tema sobre el cual vengo insistiendo desde hace muchos meses.
Sujeto a esto, la posible corrida contra el peso, en un año electoral, tiene que ver con los costos de equivocarse (¿Cuánto perderá quien cambie pesos por dólares en junio y los vuelva a cambiar en noviembre?). ¿Qué harán las autoridades si esto se produce; dejarán subir el tipo de cambio o venderán reservas? Si me pidieran opinión, optaría por la primera alternativa. Siempre ratificando que la política económica no cambiará, independientemente de los resultados de los comicios. Nadie recomienda hoy comprar dólares por si Milei pierde la elección de medio período y entre 2026 y 2027 se convierte en un “pato rengo”.
Henry Kissinger, exsecretario de Estado de los Estados Unidos, explicó que ningún asesor es penalizado por haber alertado contra cosas que no ocurrieron, pero sí lo es por no haber alertado contra cosas que sí ocurrieron. Los asesores cuidan sus espaldas y, si las autoridades no modifican la política cambiaria, de manera que pifiaron en sus recomendaciones, siempre pueden decir que ¡deberían haberla modificado!
Error tipo I, error tipo II. Ignore los informes basados en la pura especulación contra el peso, al tiempo que préstele atención a la evolución de la balanza comercial. Pero como la decisión finalmente es suya, haga lo que le permita dormir, porque lo importante es dormir.