Jimmy Butler siempre gana
El complicado carácter de Butler ha sido gran protagonista en los mercados. Minnesota, Philadelphia... Y ahora Miami. Source: NBAManiacs La entrada Jimmy Butler siempre gana se publicó primero en NBAManiacs.
Uno de los culebrones de la temporada por fin ha llegado a su fin. Jimmy Butler ha sido traspasado a los Golden State Warriors tras un constante ‘tira y afloja’ con la gerencia de Pat Riley.
El enfado entre ambos viene de lejos. Concretamente desde el pasado verano cuando la bravuconería de Butler hizo estallar a Riley después de quedar apeados de los playoffs a manos de los Celtics (4-1).
«Si yo estuviera jugando, Boston estaría en casa y Nueva York, seguramente… Estaría en casa», dijo Butler.
«Si no estás en la cancha contra Boston o Nueva York, debes mantener la boca cerrada», le replicó.
Y para tensar más la situación entre ambos estuvieron las negociaciones (fracasadas) por una supuesta extensión que nunca llegó.
¿Su respuesta? Una falta de profesionalidad increíble, alegando que «no era feliz» en Miami y que buscaba su salida.
Sanción, tras sanción y tras apartarle del equipo, por fin en Miami deben respirar tranquilos con su salida a los Golden State Warriors, incluida la extensión que tanto reclamaba (2 años y 121 millones).
Pero este comportamiento no es algo nuevo, ya que su carrera NBA ha estado marcada por sus sonoras salidas de tono. Primero, en Minnesota, y más adelante en Philadelphia.
Hagamos un poco de memoria…
Su sonora salida de Minnesota
El 22 de junio de 2017 los Timberwolves de Thibodeau ponían patas arriba la NBA con el traspaso de Jimmy Butler en el que se vieron involucrados Kris Dunn, Zach LaVine y Lauri Markkanen.
Órdago en toda regla de Thibs para traerse consigo a quién fuera su ‘niño bonito’ en Chicago.
Butler junto a Derrick Rose, Taj Gibson, Jamal Crawford o los jóvenes Wiggins y Towns. ¿Qué podía salir mal? El carácter de Butler.
Después de alcanzar los playoffs por primera desde el 2004, Butler dijo que se largaba de allí. No aguantaba a Thibodeau y, sobre todo, no aguantaba la ‘sangre de horchata’ de Wiggins y Towns.
Muchos recuerdan que aquellos entrenamientos en Minneapolis eran todo un cuadro con constantes desafíos de Butler a las jóvenes promesas de los T-Wolves.
Y a pocos días del inicio del Training Camp, Butler incendió las redes sociales: «O me traspasáis o me voy igualmente en 2019 y no recibís nada a cambio”.
Cómo sería la situación en aquel vestuario que el hermano de Wiggins no dudó en celebrar su salida. «Aleluya», publicó a través de Twitter.
En Philly tampoco cuaja
No satisfecho con su etiqueta de «jugador polémico», aterrizó en Philadelphia tras un mes y medio de intensas negociaciones.
Finalmente los T-Wolves y los Sixers acordaron su llegada en una operación por Dario Saric, Robert Covington, Jerryd Bayless y una futura segunda ronda del Draft.
Con Butler en Philadelphia se acababa el famoso ‘The Process‘, y con Embiid y Ben Simmons a su lado solo podían pensar en el anillo.
Sin embargo, y como ocurre en las mejores historias del cine, no todas tienen un final feliz. Y otra vez su volátil carácter terminó aquello como el ‘Rosario de la Aurora’.
Apeados de los playoffs por la mínima ante los Raptors de Kawhi, a Butler le sentó como un tiro aquella eliminación. Habían muchos culpables, y entre ellos dos en concreto: Ben Simmons y el entrenador Brett Brown.
Lo cierto es que su relación con Brown nunca fue buena. Ambos no tenían ‘feeling‘ y sus desaires eran constantes. Sin embargo, Brown aguantaba. Muchos años tragando mierda como para ahora quedarse sin proyecto. No le quedaba otra que tener paciencia.
Y el otro gran señalado fue Ben Simmons. «O Simmons o yo», les llegó a plantear.
El escaso gen ganador del australiano y su habitual bajón en los playoffs era algo que no iba demasiado con él. Y efectivamente, otra vez forzó su marcha.
Como agente libre daba ‘carpetazo’ a su etapa en Philadelphia y decidía firmar por Miami Heat. Una operación que finalmente se saldó mediante un ‘sign and trade‘ en el que se vieron envueltos hasta cuatro franquicias.
Poco había importado la apuesta de Philadelphia por él. Su carácter, otra vez, no iba con ellos, y sobre todo con el base australiano (y con la gerencia).
«Hay cosas que simplemente no funcionan», admitió tras su marcha a Miami Heat.
«Nadie sabe lo que pasó de verdad en Philadelphia y lo dejaremos así, pero fue una gran oportunidad para mí. Todo se sabrá cuando llegue el momento…», agregó.
Pero se marchó a Miami no sin dejarles un recado a través de su agente. (Reproducimos lo que pudo ser su mensaje).
«Ponéis a Simmons en una situación que fracasará y le terminaréis traspasando», no se equivocó. Salió a Brooklyn por James Harden.
«Estáis malgastando los mejores años de Embiid», tampoco se equivocó. El pívot sigue arrastrando problemas de lesiones.
(Fotografía de portada: Imagn Images)
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