La guerra comercial de EEUU con China amenaza también a España: "Si dos elefantes se pelean, los ratones son los peor parados"
Los expertos auguran mal futuro para EEUU si se lanza a una guerra comercial abierta contra China y la UE.
El mundo contiene la respiración mientras las dos grandes potencias mundiales se lanzan las primeras andanadas de lo que podría convertirse en una guerra comercial. Después de acordar a última hora una tregua arancelaria con México y Canadá, el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, ha impuesto un recargo del 10% a todos los productos importados desde China.
Aunque un acuerdo que evite una escalada entre ambos países no es descartable, de momento, Pekín ha respondido este martes con el anuncio de sus propios aranceles a Estados Unidos, que, si nada lo remedia, entrarán en vigor el próximo 10 de febrero. A la espera de que Trump cumpla también con la amenaza de imponer tasas al comercio internacional con la Unión Europea, esta crisis entre los dos gigantes mundiales ya podría dejarse notar en España si finalmente eclosiona.
"Desde luego que lo vamos a notar, hay que tener en cuenta que eso va a desestabilizar a las dos mayores economías del mundo. Y por supuesto que no podemos permanecer impasibles. De carambola, por supuesto que nos va a afectar a todos", declara Antonio Gurpegui, catedrático de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá. "Cuando dos elefantes se pelean, los ratones son los peor parados".
Donald Trump ha iniciado su segundo mandato empleando los aranceles como arma intimidatoria contra sus socios comerciales. Tras amenazar con subir las tarifas que deben pagar los productos que lleguen a Estados Unidos desde Colombia, Panamá, México y Canadá, el mandatario estadounidense ha logrado concesiones de estos países que ha sabido rentabilizar habilidosamente en términos mediáticos.
Sin embargo, China no parece estar tan dispuesta a ceder ante las exigencias de Trump, que acusa al Gobierno comunista de Pekín de facilitar el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, una sustancia que está haciendo estragos en el país y ha causando miles de muertos cada año. "Estados Unidos no tiene la capacidad de intimidación con China que tiene con otros países", declara Gurpegui, que señala que la República Popular es el "gran prestamista" de Estados Unidos, en referencia a la enorme cantidad de bonos de deuda pública estadounidense que atesora el país asiático.
Malas perspectivas para Estados Unidos
Todo ello hace, según los expertos, que las perspectivas de una guerra comercial con Pekín sean negras para Estados Unidos, que podría ver como la respuesta a su subida arancelaria se hagan sentir en su propia economía más que en la china, ya habituada a sobrevivir exitosamente bajo una gran presión arancelaria.
"Debido a la importancia de China en la relación comercial con Estados Unidos no es previsible que las medidas que tomen en materia arancelaria sean tan intensas como las que pueden tomar con otros países", opina José Antonio Vega, profesor de Economía de Comillas ICADE. "China puede devolver la jugada de manera mucho más efectiva y, además, al haber vivido durante los últimos años una época de sanciones y de comercio restringido, tampoco tiene tanta dependencia del mercado americano y cualquier medida que se tome directamente contra ellos les puede volver como si fuera un bumerán".
Ambas potencias ya protagonizaron una guerra arancelaria durante el primer mandato de Trump, entre 2017 y 2021. Tras un intercambio de golpes en forma de aumento de las tasas durante el año 2018 y 2019, los aranceles aumentaron en torno a un 20% de media entre ambos países y siguieron escalando, aunque de manera menos generalizada, durante la Administración del demócrata Joe Biden.
De momento, el Ejecutivo encabezado por Xi Jinping ha respondido con unos aranceles específicamente dirigidos a ciertos productos, como ciertos automóviles, el petróleo, el gas natural licuado y el carbón o la maquinaria agrícola. Además, el Gobierno chino ha anunciado el inicio de una investigación antimonopolio contra Google.
"Ha sido una respuesta muy inteligente por parte de China, una respuesta sutil, con golpes muy concretos a sectores estratégicos que, bajo mi observación, no pretenden tanto trastocar la economía de Estados Unidos, sino minar el apoyo del presidente Donald Trump", declara Moisés Ruiz, experto en liderazgo político y comunicación en la Universidad Europea. "Le han lanzado un mensaje con estos aranceles a los sectores claves en su victoria electoral, por ejemplo, las tecnológicas, a Google, al sector agrícola también. Desde ahí ha pescado muchos votos Donald Trump y, por tanto, creo que es un golpe a su imagen".
La Unión Europea y el giro hacia China
Mientras tanto, la Unión Europea espera su turno, si es que llega, y ya ha anunciado que prepara respuestas en el caso de que Trump decida implementar aranceles. Para Ruiz, una estrategia intimidatoria por parte de Estados Unidos contra la Unión Europea podría acabar haciendo que el Viejo Continente girase hacia el gran antagonista asiático de Trump lo que dejaría a su país en una situación de mayor debilidad.
"Europa es un socio comercial de Estados Unidos. Le puede obligar a que tenga más gasto en defensa, que le compre más cosas o que le venda más barato, pero una guerra comercial con su aliado es echarle en manos de su enemigo", declara el profesor de la Universidad Europea. "Ahora estamos mirando a Estados Unidos, pero si nos cierra la puerta y las ventanas, nos giramos y ahí está China, que le parecerá fenomenal porque le haces todavía mucho más poderoso y una nación más rica. No sé si Donald Trump pretende eso".