Qué fue de Nerea Camacho, la niña de 12 años que ganó el Goya por 'Camino'

La fugaz pero brillante carrera de la joven almeriense ganadora del Goya a mejor actriz revelación en 2009.

Feb 8, 2025 - 08:56
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Qué fue de Nerea Camacho, la niña de 12 años que ganó el Goya por 'Camino'

Hablar de Nerea Camacho es hablar de Camino. De la película y del personaje. Del premiado filme de Javier Fesser y de la tan querida y dulce niña que logró instaurarse en el imaginario colectivo de nuestro cine y regalarle un Goya a esa otra dulce niña que comenzaba a abrirse paso.

La de Camacho fue una victoria sin precedentes. Merecida, luchada y puede que anunciada. Esperada fue, desde luego, gracias a su brillante actuación, que nos destrozó a todos por completo. Fácil, no tanto. Ana Wagener, Farah Hamed y Esperanza Pedreño competían aquel año por la estatuilla en la categoría de mejor actriz revelación. Fue Nerea Camacho, de 11 años, la que se la llevó a casa.

Fue entonces, en esa XXIII gala de los Premios Goya, cuando la pequeña localidad almeriense de Balanegra comenzó a orbitar en nuestro mapa. E inmediatamente después también lo haría Camacho, que a las puertas de aquellos locos 2010 comenzó a experimentar las bondades de convertirse en uno de los nombres con más proyección de nuestro cine. O eso se le auguró a su temprana edad...

Una carrera estelar

Contaba Nerea Camacho en una entrevista post-covid que ella es una de esas personas que lo apuntan todo, que, incluso, es de las que hacen listas. Por supuesto, en la entrevista, reconocía tener apuntadas varias de esas cosas míticas que una aspira a llevar a cabo antes de morir. Ya saben: cruzar el charco, fundar una protectora de animales, ser madre...

Lo que no llega a desvelar en la entrevista es a qué edad elaboró esos propósitos a alcanzar, y si el de ganar un Goya estaba entre ellos. Pero, teniendo en cuenta que esta joven almeriense comenzó su andadura en el mundo de la interpretación a los nueve, muy probablemente así fuera.

Ya de niña, Nerea soñaba con el cine. Con saberse en la pantalla siendo otras personas. Por eso no es de extrañar que su vocación como actriz se materializara tan pronto, y con tanta firmeza. Y todo pudo haber quedado en una fantasía como en La Cenicienta, pero sus padres se vistieron de hada madrina e hicieron el resto. Se dieron cuenta de que Nerea siempre estaba cantando y bailando, y, un buen día, vieron en Almería capital un cartel donde se anunciaban clases de teatro.

¿Lo malo? Que era únicamente para mayores de edad. ¿Lo bueno? Que de tanto insistir, finalmente accedieron a hacerle una audición. Si les convencía, podría dar clases. De este modo, Camacho estuvo estudiando en Estudio 9 durante todo un año. A priori, esta historia podría parecer sacada de la trama de Camino. Nada más lejos de la realidad. Justo en ese momento había nacido una (muy joven) estrella.

La cuestión es que, un buen día de clases, como cualquier otro, un ojeador de una agencia de Madrid la descubrió y le hizo un book. Uno que envió a varios castings y que sería el primero de muchos. A uno de esos castings se presentó. Fue pasando pruebas. Una, dos, tres. A la cuarta, acudió el propio Javier Fesser. Había encontrado a su Camino. Lo demás, es historia.

Lo que vino después

De aquel primer y decisivo gran papel ya han pasado 17 años, algunas películas: La chispa de la vida (Álex de la Iglesia), Héroes (Pau Freixas), Tiempo después (José Luis Cuerda); un par de series: El barco, Bienvenidos al Lolita, La esclava blanca; y una saga, Tres metros sobre el cielo (Fernando González Molina), que marcó a toda una generación.

Y la niña de 11 años hoy es una mujer de 28 que, después de embarcarse a lo largo de estas décadas en otros proyectos que nada tienen que ver con su profesión, como su faceta de empresaria de su propia firma de joyas, sigue inmersa en diversos trabajos como actriz.

El más reciente: Últimas voluntades, largometraje de 2023 en el que Joaquín Carmona Hidalgo debutó como director respaldado de rostros de la talla de Óscar Casas, otro joven actor que, al igual que Nerea, comenzó desde muy pequeño a ser parte del imaginario colectivo, y Fernando Tejero, también ganador de un Goya a mejor actor revelación en 2003 por su papel en Días de fútbol.

Pero no solo fue su papel en el filme de Carmona Hidalgo lo que marcó el 2023 de la almeriense. Mucho tuvo que ver, también, su "sí, quiero" con su entonces novio, el jugador de balonmano Gonzalo Velasco.

No obstante, Camacho en los últimos años post-pandemia, como la gran mayoría de artistas, no lo ha tenido demasiado fácil. Entre 2020 y 2021 vio caer muchos proyectos en los que participaba como actriz, por no mencionar el retraso o la no ejecución de otros tantos. Licantropía, de la directora también almeriense Nieves Álvarez, es una de sus participaciones que sí vio la luz y en la que, curiosamente, comparte pantalla con Juan José Ballesta.

Ambos intérpretes pertenecen a ese reducido y selecto club de actores que obtuvieron el cabezón siendo aún unos niños. Selecto y reducido no por casualidad o falta de talento, sino porque, con más o menos acogida, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas tomó la decisión en 2011 de no entregar este galardón a menores de 16 años, según declararon desde la organización, por la posibilidad de influir en "su desarrollo profesional y personal sin el criterio y la responsabilidad que se le debe exigir a un profesional con la madurez deseable". Sobre esto, la actriz no se muestra demasiado conforme.

En cualquier caso, lo que vendría después de su ya mítico Goya no solo fue la reafirmación de una joven promesa, sino que, lejos de quedarse en la anécdota de una niña prodigio, demostró que su talento iba mucho más allá de aquella mirada de ojos verdes de Camino. Que además de esa niña, podía ser todo lo que quisiera y más (dentro y fuera de la gran pantalla). Pero eso es otra historia, y nosotros, de momento, nos quedamos en lo que importa. En aquella función del colegio esperando a Cenicienta.

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