A primera hora de la tarde en la T-4 del aeropuerto de Barajas se forman colas y aglomeraciones de viajeros internacionales que acaban de aterrizar en la capital y que buscan dejar estas instalaciones cuanto antes. En su inquietud y desesperación hay quienes encuentran una oportunidad para lucrarse ilegalmente. Los trabajadores que frecuentan estas instalaciones cifran en una decena a los piratas que aprovechan esta situación para ofrecerse a cogerles un VTC a precios más caros, llevarles en sus propios coches e incluso siendo taxistas con licencia que cometen prácticas ilegales van a la caza de clientes fuera de las áreas establecidas para ellos. «El negocio es tan lucrativo que se pueden permitir pagar la sanción, sacar el coche del...
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