Así es la campaña que ha llevado a C. Tangana a los Goya: una ambición razonable

El sábado 8 de febrero se celebra la 39ª edición de los premios de nuestra academia y 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés' tiene todas las papeletas para llevarse mejor película documental. Analizamos el viaje de este inesperado trabajo y las razones de su éxito entre los académicos

Feb 7, 2025 - 07:54
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Así es la campaña que ha llevado a C. Tangana a los Goya: una ambición razonable

Una fiesta privada en la que toque Elton John o Dolly Parton. Noches de hotel, botellas de licor, ropa cara o regalos con guiños a la película. Pases exclusivos en los que poder dar la mano a Timothée Chalamet.

A medida que nos adentramos en la temporada de premios cinematográficos, es habitual sorprenderse ante los elementos que una campaña puede incluir para intentar obtener el máximo número de galardones posibles. Aunque no hay cifras oficiales, se rumorea que los grandes estudios y plataformas de Hollywood invierten, solo en la caza por los Oscar, millones de dólares por película.

En España, de cara a los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, también se pelea por la notoriedad, aunque aquí las estrategias de publicidad naveguen entre lo secreto y lo improvisado, haciendo muy difícil intuir el dinero y los esfuerzos invertidos para convencer a académicos y académicas de depositar su voto. Pero, al igual que en EE UU, se promociona, se promociona y se promociona. Falta por conocer el cómo.

Cristina Trenas es socia de la productora Little Spain, casa responsable, entre muchísimos videoclips, anuncios o aventuras audiovisuales, de La guitarra flamenca de Yerai Cortés, la primera película de Antón Álvarez (también socio de Little Spain y más conocido como C. Tangana, su alter ego musical, o como Pucho en su círculo íntimo) como director. Antón y Cristina están nominados al Goya como productores de este documental, que presenta al músico Yerai Cortés y a su familia de una forma única.

A la vez, Trenas estuvo, junto a Santos Bacana y Rogelio González (los dos socios restantes de la productora) nominada el año pasado por la dirección y producción de Esta ambición desmedida, el documental sobre la última gira musical de C. Tangana. No solo eso: Cristina Trenas es la primera mujer en la historia de nuestro país en haber estado nominada al Goya como directora de fotografía. Así que de esto sabe un poco.

Recién llegada del Festival de Cine de Rotterdam y tras haber ganado la medalla CEC al mejor documental, Cristina Trenas atiende a CINEMANÍA y explica que esas tres experiencias en los Goya son "tres ocasiones muy distintas, la primera era una película muy pequeña (New York Shadows) y tenía clarísimo que no iba a ganar, nunca me la tomé muy en serio. Y era como directora de fotografía, algo de lo que realmente no ejerzo, fue un experimento. El año pasado y este, me han hecho mucha más ilusión, tanto a título personal como por lo que significa para Little Spain que sus dos primeras películas hayan obtenido nominación".

Trenas admite no sentirse nerviosa ya que acudir a la gala "en equipo siempre es muy divertido. Lo único, que sí que es verdad, es que a mí lo que me gusta es producir, meterme en el barro. Disfruto el proceso de comunicar, pero ya me empiezan a entrar las ganas de hacer algo nuevo".

Primeros pasos, lecciones aprendidas

Esta ambición desmedida se presentó en el marco del Festival de San Sebastián en 2023. Se proyectó en el Velódromo, lugar frecuente para grandes estrenos, muchas veces financiados por Movistar Plus+, patrocinador del festival. Fue un estreno masivo, quizás con la mirada puesta en lo publicitario antes que en lo cinematográfico, para más de tres mil espectadores, que continuaba una tendencia habitual en el modo que tiene C. Tangana de promocionar su arte: grandes movimientos, propuestas rompedoras en contextos formales, estéticas de exceso y, lógicamente, ambiciones desmedidas.

La guitarra flamenca acudió también al Zinemaldía, en 2024, pero se presentó en "nuevos directores", una sección más modesta en la que, ahora sí, compiten películas de todas partes del mundo, que son primeras o segundas obras de sus directores. "Queríamos diferenciarlas, no queríamos que La guitarra flamenca de Yerai Cortés pareciese una continuación de Esta ambición desmedida. Nos preocupaba que pareciera una repetición, nos preocupaba haber ido con las dos a San Sebastián, etc.", explica Cristina Trenas.

"No sé si hemos hecho algo diferente. Estábamos más seguros, confiábamos más en la película y creo que hemos hecho menos", continúa, mientras analiza un recorrido que, a medida que lo recuerda, parece más intuitivo que diseñado. Sea por carambola o sea por olfato, parece pertinente, a pesar del riesgo al error, vaticinar que el camino humilde de La guitarra de Yerai Cortés será una de las claves para que los académicos sí le den el Goya en 2025 a Little Spain.

Que Antón Álvarez se haya presentado como director desde la sencillez, como alguien que está probando y quiere entender un arte, seguro ha gustado a los votantes, acostumbrados a recompensar a los miembros de su gremio y menos dados a premiar a aquellos que están de paso.

Más allá de esta llamativa diferenciación, hay un común denominador que supone un elemento clave en el recorrido de una película hacia los premios: el festival de cine. En los últimos diez años, nueve de las ganadoras a mejor película en los Goya se presentaron en un gran festival.

Cuatro por la sección oficial de San Sebastián (La isla mínima, Truman, As bestas y El buen patrón), dos en Venecia (Tarde para la ira y La sociedad de la nieve, esta última fuera de competición), una en Málaga (Las niñas), una en Cannes (Dolor y gloria) y una en Seminci (La librería). En los Oscar, de manera parecida, los festivales de primer nivel son plataformas indispensables y ocho de sus últimas diez ganadoras han sido presentadas en Cannes, Venecia, Telluride o Toronto, entre otros.

Ejemplos de la importancia de acudir a un festival para comenzar una campaña de premios hay muchos. Sin ir más lejos, en 2024 y a pesar de haber sido rechazada por el Zinemaldía, la película La infiltrada consideró que debía presentarse en ese marco, para lo que colocó una carpa gigante en el centro de San Sebastián y organizó allí sus entrevistas de prensa previas al estreno.

Las caras, grábales las caras

En especial, graba la de Pucho. Siguiendo con la diferenciación previa entre lo visto en Esta ambición desmedida y La guitarra flamenca de Yerai Cortés, para este último documental Antón Álvarez se ha hinchado a hacer prensa, mientras que el año pasado se mantenía distante.

Ha dado infinidad de entrevistas, ha aparecido en programas, medios generalistas y radios, ha parado a dar declaraciones en alfombras rojas y ha acudido a podcasts. Se ha mostrado cercano. Una exposición que contrasta también con el hermetismo de su etapa musical, en la que C Tangana era un personaje más bien esquivo para la prensa, que dosificaba el potente músculo de comunicación que representaban su millones de fans.

"Él desde el principio dijo que iba a poner todo lo que estaba a su disposición por la película, no tanto por los Goya sino por la certeza de que había hecho un gran trabajo, que le había llevado tres años de su vida y que ese trabajo se iba a disfrutar mucho en el cine", revela Trenas, que entre risas confirma que su amigo y socio "se ha matado a hacer prensa y se ha matado a hacer coloquios, creo que va por más de cuarenta, y tiene más programados después de los Goya".

Un compromiso que beneficia las oportunidades de la película, resaltándola para los académicos entre los más de doscientos títulos que se publican cada año. Y es que un rostro con tirón es una de las herramientas más efectivas que puede tener a su alcance un departamento de comunicación.

De hecho, y explicado de forma muy simple, la razón principal por la que en ocasiones se incluyen influencers o famosos, de manera forzada, en los repartos, es para asegurarse notoriedad más adelante. Se pagan campañas con sueldos de actores. Que funcione o no, ya para otro día.

Pero no solo de C Tangana vive esta promoción. Con mucha elegancia y criterio, las redes de Little Spain se han ido llenando de figuras como las de Juan Antonio Bayona, Jonás Trueba, Bárbara Lennie o Arón Piper, intérpretes y cineastas con los que Trenas y Álvarez se han grabado hablando de cine mientras tomaban un vermú, un café o una copa. Una vez más, contactos públicos con la industria del cine español que mezclan sencillez en las formas pero ambición en el fondo, una manera repleta de personalidad de apoyarse en viejos amigos y presentar respetos a los nuevos.

Esta estrategia de asociación es también tremendamente habitual en Hollywood, con casos de todo tipo, desde The Artist (ganadora del Oscar a mejor película en 2012) organizando pases a los que asistían nietas de Charles Chaplin hasta A Complete Unknown consiguiendo que el mismísimo Bob Dylan tuitease su admiración por el trabajo de Timothée Chalamet al encarnarle.

Esos encuentros, explica Trenas, surgieron de forma casual. "Nosotros hicimos un pase en los Verdi y a Pucho comenzaron a acribillarle a fotografías a la salida. El exhibidor nos propuso meternos en una salita para esperar a que todo se calmase, un almacén pequeño lleno de refrescos. Y mientras esperábamos ahí, apareció Bayona con su hermano para saludar (que yo no sabía que tenía un hermano gemelo y me quedé loquísima) y nos quedamos los cuatro en el cuarto de las Coca Colas hablando de cine, donde Bayona nos contaba que siempre se ponía muy nervioso antes de las presentaciones, tanto que incluso lo comentaba con su psicólogo para prepararse. Fue algo muy cotidiano y la idea de grabar un encuentro posterior salió de ahí. Fue muy generoso".

Igualmente, Jonás Trueba y Bárbara Lennie eran amigos de la vida real y su grabación surgió de manera espontánea y con Arón Piper "Pucho tiene una gran relación con él y nos interesaba contar con un perfil diferente". "Nosotros somos nuevos, que gente a la que admiramos valore la peli y diga que le ha emocionado nos hace mucha ilusión y es una validación muy importante para el sector en el que estamos aspirando a entrar".

Estando constantemente acompañada de un personaje tan notorio como C. Tangana, Cristina Trenas ha sentido en primera persona la agresividad de los medios hacia él, pero también su falta de profesionalidad hacia ella, cuyo rostro no es tan conocido.

"Sí, esto lo vivimos tanto Santos, como Rogelio como yo. Es normal. Al estar al lado de una figura que genera tantísima expectación e interés como Pucho, que siempre es el reclamo y a pesar de que siempre sea muy generoso y nos haga parte y nos incluya, ni se disimulan las diferencias de atención", nos reconoce. "Pasa cuando tienes que llamar para decir que Antón no va a un evento, pero que va otro de los socios de Little Spain, que palpas la decepción al otro lado del teléfono [risas]".

"A veces se dan situaciones bastante graciosas, como una ocasión en la que, mientras posábamos los cuatro en un photocall, pidieron que Antón se fuese para hacer una foto en la que solo estuviésemos los directores. Los fotógrafos le persiguieron a él con las cámaras, mientras Santos, Roge y yo nos quedamos mirando sin que nadie nos hiciese caso. Lo entiendo, es lógico. Lo único que me molesta, es cuando en coloquios el moderador no se sabe datos importantes, confunde a los que vamos, cosas así, falta de profesionalidad".

De manera similar y hace unos días, Candela Peña denunciaba que un grupo de reporteros había sido poco respetuoso con ella, pues en medio de una entrevista en la alfombra roja de los Premios Feroz, habían dejado de hacerle caso porque Miguel Bernadeau pasaba rápidamente por detrás y querían un titular del joven intérprete. Shame on them.

Fechas de estreno

Vale la pena detenerse brevemente en este apartado, porque guarda más importancia de lo que quizás mucha gente considere. De los diez últimos largometrajes ganadores del Goya a mejor película, siete se estrenaron entre los meses de septiembre y octubre y una en diciembre (La sociedad de la nieve). Estrenar en otoño o invierno parece ser clave para mantenerse en la mente de los académicos y no perder empuje de cara a las nominaciones.

Las grandes excepciones suelen ser obras con gran peso en la taquilla, como Campeones, estrenada en abril, y cuyo mensaje tan potente les mantiene en el recuerdo pese al paso del tiempo; o cine como el de Almodóvar, tan celebrado en nuestro país que es capaz de estrenar en marzo (así lo hizo con Dolor y gloria), en enero o cuando le de la real gana, ya que rara vez no obtendrá nominaciones.

La guitarra flamenca de Yerai Cortés se estrenó en España el 20 de diciembre, pero según Trenas, por mucho que esa decisión les beneficiase, no fue parte de ninguna estrategia de cara a los premios, sino más bien una causa natural del viaje del documental.

"Se estrenaba en San Sebastián, posteriormente se vio el calendario y la fecha es una recomendación de la distribuidora, que dijo que el otoño era un campo de minas con mucha competencia y mejor llevarla a inverno, que era la primera ventana, pese al riesgo de las navidades. Venía bien, pero no se hizo todo alrededor de los Goya. Si hubiésemos estrenado en el Festival de Tribeca en junio habríamos sacado la película en verano".

De manera similar, la gran participación de Antón en coloquios "nos ha coincidido, se estrenó el 20 de diciembre, que era cuando acababa la primera ronda de votaciones, con la segunda ronda nos ha pillado en salas, así que en nuestro caso es un poco difícil diferenciar".

Parece razonable intuir que, en una industria con los recursos limitados, estrenar en invierno también permite a todos los agentes implicados en la difusión de una película española emplear los esfuerzos de comunicación en dos objetivos paralelos: el estreno en salas y los premios Goya.

Esto explicaría por qué alrededor de los Goya, al contrario que alrededor de los Oscar, no se habla de campañas. No es que no existan, más bien están incluidas en los impulsos tomados al estrenar en salas. Si una película tiene presupuesto para contratar a un equipo de prensa los meses de octubre, noviembre y diciembre, mientras está en cartelera, con ese mismo coste o uno ligeramente superior podría englobar la atención a los académicos.

Estudiar para la lotería

Si bien Little Spain es una productora repleta de ideas, cuyo talento para innovar en cada aspecto de un lanzamiento ha sido más que probado, es lógico que necesite de ciertos agentes externos para recibir apoyo en diversas funciones. Agencias de comunicación como The Connector han participado en el estreno de La guitarra flamenca de Yerai Cortés o, en el caso de Esta ambición desmedida, colaboraron con el equipo de marketing de Movistar.

Otro agente clave en la vida de cualquier largometraje es la distribuidora, empresa encargada de conectar una película con los exhibidores y de diseñar una estrategia de estreno en salas. En Esta ambición trabajaron con Avalon y para La guitarra flamenca la elegida fue A Contracorriente.

"Adolfo Blanco, su fundador, se enamoró del proyecto y estuvo todo el verano detrás de nosotros", explica Trenas, preguntada por su nuevo compañero de viaje. "Se enamoró de la película, dijo que tenía muchísima fe y que creía en el proyecto a muerte. A él se la había recomendado Rebordinos, director del Zinemaldía.

Y era tal su pasión y confianza, que decidimos trabajar juntos, nos convenció". ¿Creen que ha tenido algo que ver en el camino hacia los Goya? "Supongo que sí, porque es una empresa muy establecida, lleva mucho tiempo haciendo esto. Una cosa que hacen que me gusta mucho es que son muy generosos con los pases, no tienen miedo a que se vea la película antes de su estreno, Adolfo quería hacer pases ya durante el verano".

A Contracorriente está detrás de la distribución de otros títulos nominados este año, como El 47. Es conocida, entre otras cosas, por esa abundancia de pases que menciona Trenas. En el sector se bromeaba con como As bestas, una de las más célebres ganadoras del Goya de los últimos años, había tenido infinidad de pases antes, durante y después de su estreno. Esta distribuidora realiza, además, un intenso trabajo de mailing que facilita a los académicos poder acceder a pases en casi cualquier fecha que les venga bien, no solo en Madrid, sino en muchas otras ciudades de toda España.

Ninguno de los muchos datos antes desarrollados, nada de las técnicas antes propuestas, asegura el éxito en un contexto tan volátil como una gala de premios. Los gustos marcan también un camino que puede acabar en sorpresa. Se podría incluso hablar de rumores, como los que indican que en los Oscar hay una mayoría de miembros judíos que favorecen historias sobre la historia de su pueblo, o que en los Goya hay familias cinematográficas (los Trueba, los Bardem) cuyos contactos votan en masa. Pero todo es una tómbola, que jamás se puede amañar del todo o que rara vez da el premio que le pides. Por ejemplo, el equipo de La guitarra, hubiese querido "que se nominase a mejor sonido, hicimos un trabajo muy preciso y laborioso, lo empujamos pero no pudo ser".

Lo que sí está claro es que Antón Álvarez ha hecho de la sencillez una herramienta de promoción. Se ha sabido despojar de sus manierismos, de sus lugares comunes, de sus dejes. Ha sido más Pucho y menos Tangana. Más elegancia y menos yate. Se ha presentado una vez más, cuando parecía que ya era conocido por todos, con otra actitud y otras gafas. Ha sido reintroducido en una comunidad de vecinos desde el conocimiento de sus propias limitaciones, y eso ha gustado lo suficiente como para, tiene pinta, darle el Goya el sábado. Bueno, y ha hecho una gran película. Eso también tiene que contar, ¿no?

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