Barcelona será la ciudad europea con más muertos por el aumento de las temperaturas debido al cambio climático
Un informe publicado en la revista 'Nature' apunta a que las defunciones por calor podrían llegar a los 23 millones en Europa de cara a finales de sigloEl exceso de asfalto y la falta de árboles causan más de 900 muertes al año por calor en Barcelona y Madrid Barcelona será la ciudad europea con más muertos de cara a final de siglo causados por el aumento de las temperaturas debido a la crisis climática. Así lo constata un informe elaborado por la London School of Hygiene & Tropical Medecine, publicado en la revista Nature. Según los investigadores, en Barcelona habrá 246.082 muertos de cara a final de siglo. La capital catalana encabeza la lista de ciudades en las que habrá más mortalidad y está seguida por Roma, Nápoles, Madrid, Milán, Atenas, València, Marsella, Bucarest y Génova. A nivel europeo, se calcula que las muertes pueden llegar a los 23 millones de personas. Eso se traduce en que las defunciones causadas por altas temperaturas aumentarán en un 50% a finales de siglo. Los autores del informe apuntan que estos resultados “constatan la necesidad urgente de perseguir de forma agresiva la mitigación del cambio climático y la adaptación al aumento de temperatura”. Con todo, advierten de escenarios de alta mortalidad incluso en lugares que puedan tener mucha adaptación a las nuevas temperaturas. Es por eso que los investigadores insisten en la necesidad de llevar a cabo políticas de mitigación “agresivas”. En ese sentido, el informe señala que se podría prevenir hasta el 70% de las muertes si se toman medidas “rápidas”. Esto incluye, entre otras cosas, adaptar los sistemas públicos de salud para hacer frente a los nuevos retos. “Para proteger la salud pública, los gobiernos y los responsables políticos deben invertir en sistemas de alerta temprana, campañas de educación pública y mejoras de las infraestructuras para ayudar a las personas a mantenerse frescas y seguras”, tal como apunta Raquel Nunes, catedrática adjunta de Salud de la facultad de medicina de la Universidad de Warwick, en el Reino Unido. Otro de los datos que destaca del informe es que las muertes por frío (que actualmente superan a las muertes por calor) podrían llegar a disminuir bastante debido a que se vienen inviernos más fríos en los países del norte de Europa. Eso, si bien es una buena noticia, no mitigará el incremento de defunciones por temperaturas altas. De hecho, según las estimaciones, la tendencia se invertirá y el calor pasará a ser más mortal que el frío en todo el mundo, a excepción de Escandinavia. Para afrontar este cambio de paradigma, diversos investigadores alertan de la importancia de prepararse y adaptarse. “Hay que hacer cambios que aumenten nuestra resistencia a los fenómenos meteorológicos extremos”, explica Tim Osborn, director de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia en el Reino Unido. Ahora bien, alerta de que estas adaptaciones tienen “mucho más éxito si también se limita la magnitud del cambio climático, acelerando el abandono de los combustibles fósiles como nuestra principal fuente de energía”. Ese tipo de políticas más macro deben ir acompañadas de iniciativas a escala local como la implementación de refugios climáticos y el aumento de zonas verdes en ciudades para mitigar el efecto 'isla de calor'.
Un informe publicado en la revista 'Nature' apunta a que las defunciones por calor podrían llegar a los 23 millones en Europa de cara a finales de siglo
El exceso de asfalto y la falta de árboles causan más de 900 muertes al año por calor en Barcelona y Madrid
Barcelona será la ciudad europea con más muertos de cara a final de siglo causados por el aumento de las temperaturas debido a la crisis climática. Así lo constata un informe elaborado por la London School of Hygiene & Tropical Medecine, publicado en la revista Nature.
Según los investigadores, en Barcelona habrá 246.082 muertos de cara a final de siglo. La capital catalana encabeza la lista de ciudades en las que habrá más mortalidad y está seguida por Roma, Nápoles, Madrid, Milán, Atenas, València, Marsella, Bucarest y Génova. A nivel europeo, se calcula que las muertes pueden llegar a los 23 millones de personas. Eso se traduce en que las defunciones causadas por altas temperaturas aumentarán en un 50% a finales de siglo.
Los autores del informe apuntan que estos resultados “constatan la necesidad urgente de perseguir de forma agresiva la mitigación del cambio climático y la adaptación al aumento de temperatura”.
Con todo, advierten de escenarios de alta mortalidad incluso en lugares que puedan tener mucha adaptación a las nuevas temperaturas. Es por eso que los investigadores insisten en la necesidad de llevar a cabo políticas de mitigación “agresivas”. En ese sentido, el informe señala que se podría prevenir hasta el 70% de las muertes si se toman medidas “rápidas”.
Esto incluye, entre otras cosas, adaptar los sistemas públicos de salud para hacer frente a los nuevos retos. “Para proteger la salud pública, los gobiernos y los responsables políticos deben invertir en sistemas de alerta temprana, campañas de educación pública y mejoras de las infraestructuras para ayudar a las personas a mantenerse frescas y seguras”, tal como apunta Raquel Nunes, catedrática adjunta de Salud de la facultad de medicina de la Universidad de Warwick, en el Reino Unido.
Otro de los datos que destaca del informe es que las muertes por frío (que actualmente superan a las muertes por calor) podrían llegar a disminuir bastante debido a que se vienen inviernos más fríos en los países del norte de Europa. Eso, si bien es una buena noticia, no mitigará el incremento de defunciones por temperaturas altas. De hecho, según las estimaciones, la tendencia se invertirá y el calor pasará a ser más mortal que el frío en todo el mundo, a excepción de Escandinavia.
Para afrontar este cambio de paradigma, diversos investigadores alertan de la importancia de prepararse y adaptarse. “Hay que hacer cambios que aumenten nuestra resistencia a los fenómenos meteorológicos extremos”, explica Tim Osborn, director de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia en el Reino Unido. Ahora bien, alerta de que estas adaptaciones tienen “mucho más éxito si también se limita la magnitud del cambio climático, acelerando el abandono de los combustibles fósiles como nuestra principal fuente de energía”.
Ese tipo de políticas más macro deben ir acompañadas de iniciativas a escala local como la implementación de refugios climáticos y el aumento de zonas verdes en ciudades para mitigar el efecto 'isla de calor'.