El día que Giuliano Simeone respondió a su padre

El fútbol engloba muchos intangibles y el deporte, que es sólo uno de ellos, fue el que más brilló en el Metropolitano. Porque de pasar el balón, regatear y marcar goles hubo mucho en el feudo colchonero y todo en clave rojiblanca, y ante el Getafe, equipo experto en llevar los partidos a corrosivos duelos … Continuar leyendo "El día que Giuliano Simeone respondió a su padre"

Feb 5, 2025 - 07:40
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El día que Giuliano Simeone respondió a su padre

El fútbol engloba muchos intangibles y el deporte, que es sólo uno de ellos, fue el que más brilló en el Metropolitano. Porque de pasar el balón, regatear y marcar goles hubo mucho en el feudo colchonero y todo en clave rojiblanca, y ante el Getafe, equipo experto en llevar los partidos a corrosivos duelos individuales en los que se siente cómodo. El Atlético dio un manotazo (5-0) a los azulones para alcanzar las semifinales de Copa del Rey por segundo año consecutivo sumido en la moto de Giuliano Simeone.

La presencia de un hijo en el vestuario que lidera un padre es un arma de doble filo. Tan emotivo como bomba de relojería. Las sospechas de nepotismo es inevitable. Diego Pablo Simeone era consciente de ello cuando tomó la decisión de incluir a su hijo Giuliano en la primera plantilla del Atlético. Sin embargo, la titularidad de la que goza su vástago es producto de una concatenación de méritos. Y tal vez, sólo tal vez, el árbol genealógico ha obligado a Giuliano Simeone a aglutinar más merecimientos que el resto.

Ahora, meses después de que llegara al primer equipo, nadie duda de que la decisión fue acertada. Su rendimiento sobre el terreno de juego silencia las voces que valoran lo contrario. El Cholo exige, le reclamaba más gol y su hijo respondió. Lo hizo en Salzburgo y redobló su contestación con un doblete ante el Getafe. El Atlético se traspasa de padres a hijos. El apellido Simeone reluce sobre el césped, años después, y brilla también de manera simultánea en la banda.

Correa, otra vez

Mientras por las filas rojiblancas han desfilado futbolistas cuya falta de implicación les ha costado el puesto, Correa se mantiene ahí, con menos toque, tal vez, pero más empuje. Siempre aparece. Lo hizo para culminar el desenlace en la Catedral ante el Athletic, en el Metropolitano contra el Real Madrid y en el Parque de los Príncipes contra el PSG. De nuevo apareció ante el Getafe. Se sumó a la fiesta rojiblanca con un latigazo para sellar la goleada y el pase a semifinales. Al Atlético siempre le quedará Correa.

Al final fue fácil para el Atlético

El libreto de Bordalás siempre pone en peligro a los rojiblancos, independientemente del resultado final. No ocurrió así este martes en el Metropolitano. Los azulones se llevaron una manita que manifestó su incapacidad para llevar el partido a los agarrones, faltas, entradas, pérdidas de tiempo… Ese terreno en el que se sienten cómodos y provocan la desconexión rival. Se intuía una eliminatoria complicada para el Atlético y acabó siendo un trámite.