El hermano de Jenni Hermoso asegura que Vilda le presionó para que la jugadora restara importancia al beso de Rubiales

Rafael Hermoso afirma que mintió en dos entrevistas en las que dijo que su hermana no estaba afectada por el beso para protegerla y para que el foco estuviera puesto en la victoria en el Mundial Luis de la Fuente se desmarca de las maniobras de la Federación para minimizar el escándalo del beso de Rubiales a Jenni Hermoso Rafael Hermoso, hermano de Jenni Hermoso, ha afirmado este miércoles en su declaración como testigo en el juicio a Luis Rubiales y su círculo de confianza que el entonces seleccionador, Jorge Vilda, le presionó para que convenciera a la jugadora para que saliera públicamente a restar importancia al beso que le había propinado el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) durante la entrega de medallas del Mundial. A preguntas de la fiscal, Hermoso ha asegurado que Vilda —acusado de un delito de coacciones por estos hechos— le dijo en el avión que trajo de vuelta al equipo a España que si ella colaboraba con Rubiales tendría abiertas las puertas de la RFEF, pero que si no lo hacía tuviera en cuenta “las consecuencias profesionales y personales”.  La defensa de Vilda, que se enfrenta a una petición de un año y medio de cárcel, ha tratado de poner de manifiesto las contradicciones de Hermoso, que en dos entrevistas en televisión trató de minimizar los hechos. “No ha dado opción a que eso [el beso] le perturbe”, afirmó en una entrevista al programa El Chiringuito de laSexta en Madrid durante la celebración. “Se está diciendo que los familiares recibimos también coacciones (...). Jorge Vilda yo hablé con él en cuatro ocasiones y en ningún momento a mi nadie se me acercó a decir nada”, dijo en otra intervención en Espejo Público (Antena 3). Preguntado por estos hechos, Hermoso ha reconocido que mintió en esas entrevistas para proteger a su hermana y para que el foco estuviera puesto en la victoria en el Mundial.  El hermano de la jugadora ha comparecido como testigo en el juicio en el que el expresidente federativo se enfrenta a una condena de hasta dos años y medio de cárcel por ese beso y por la trama que supuestamente urdió después para librarse de un escándalo que dio la vuelta al mundo y puso el foco sobre el machismo en el fútbol femenino. También están siendo juzgados Vilda, el ex director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, y el exresponsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera. El procedimiento judicial que ahora se está enjuiciando se inició el 11 septiembre de 2023, tres semanas después de la final de Sídney. Sólo unos días antes del inicio de la investigación y, en medio de una presión creciente, Rubiales había dimitido para defender su “inocencia”. En ese momento se encontraba ya suspendido de sus funciones cautelarmente por la FIFA y la Fiscalía había presentado contra él una querella por delitos de agresión sexual y coacciones tras escuchar a la jugadora. El Ministerio Público acabó pidiendo para él dos años y medio de cárcel como autor de delitos de agresión sexual y coacciones y un año y medio de prisión para el resto de encausados por las coacciones.

Feb 5, 2025 - 12:40
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El hermano de Jenni Hermoso asegura que Vilda le presionó para que la jugadora restara importancia al beso de Rubiales

El hermano de Jenni Hermoso asegura que Vilda le presionó para que la jugadora restara importancia al beso de Rubiales

Rafael Hermoso afirma que mintió en dos entrevistas en las que dijo que su hermana no estaba afectada por el beso para protegerla y para que el foco estuviera puesto en la victoria en el Mundial

Luis de la Fuente se desmarca de las maniobras de la Federación para minimizar el escándalo del beso de Rubiales a Jenni Hermoso

Rafael Hermoso, hermano de Jenni Hermoso, ha afirmado este miércoles en su declaración como testigo en el juicio a Luis Rubiales y su círculo de confianza que el entonces seleccionador, Jorge Vilda, le presionó para que convenciera a la jugadora para que saliera públicamente a restar importancia al beso que le había propinado el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) durante la entrega de medallas del Mundial. A preguntas de la fiscal, Hermoso ha asegurado que Vilda —acusado de un delito de coacciones por estos hechos— le dijo en el avión que trajo de vuelta al equipo a España que si ella colaboraba con Rubiales tendría abiertas las puertas de la RFEF, pero que si no lo hacía tuviera en cuenta “las consecuencias profesionales y personales”. 

La defensa de Vilda, que se enfrenta a una petición de un año y medio de cárcel, ha tratado de poner de manifiesto las contradicciones de Hermoso, que en dos entrevistas en televisión trató de minimizar los hechos. “No ha dado opción a que eso [el beso] le perturbe”, afirmó en una entrevista al programa El Chiringuito de laSexta en Madrid durante la celebración. “Se está diciendo que los familiares recibimos también coacciones (...). Jorge Vilda yo hablé con él en cuatro ocasiones y en ningún momento a mi nadie se me acercó a decir nada”, dijo en otra intervención en Espejo Público (Antena 3). Preguntado por estos hechos, Hermoso ha reconocido que mintió en esas entrevistas para proteger a su hermana y para que el foco estuviera puesto en la victoria en el Mundial. 

El hermano de la jugadora ha comparecido como testigo en el juicio en el que el expresidente federativo se enfrenta a una condena de hasta dos años y medio de cárcel por ese beso y por la trama que supuestamente urdió después para librarse de un escándalo que dio la vuelta al mundo y puso el foco sobre el machismo en el fútbol femenino. También están siendo juzgados Vilda, el ex director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, y el exresponsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera.

El procedimiento judicial que ahora se está enjuiciando se inició el 11 septiembre de 2023, tres semanas después de la final de Sídney. Sólo unos días antes del inicio de la investigación y, en medio de una presión creciente, Rubiales había dimitido para defender su “inocencia”. En ese momento se encontraba ya suspendido de sus funciones cautelarmente por la FIFA y la Fiscalía había presentado contra él una querella por delitos de agresión sexual y coacciones tras escuchar a la jugadora. El Ministerio Público acabó pidiendo para él dos años y medio de cárcel como autor de delitos de agresión sexual y coacciones y un año y medio de prisión para el resto de encausados por las coacciones.

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