Fernando Jiménez Mier y Terán*: El uso de los dineros de la UNAM
En colaboraciones anteriores he dado mi parecer sobre la necesaria transformación que, en todos sus ámbitos, requiere la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la participación de los universitarios respaldada en el escudriño sólido. Uno de esos terrenos es el financiero, el de los bienes materiales y, de manera especial, los dineros (las garras de Lucifer, como decía mi padre). ¿De dónde provienen los centavos de la UNAM y cuál es el uso que se les da? No es novedad que la mayor parte de los recursos de la UNAM, como institución pública, provengan de las arcas de la nación, del pago de las contribuciones. Tampoco es novedoso decir que la UNAM orienta su gasto para favorecer el desarrollo de lo que tiene establecido: estructura, organización, funciones, modalidades, programas, etcétera. Lo anterior, a bote pronto, se puede ilustrar con las siguientes situaciones.
En colaboraciones anteriores he dado mi parecer sobre la necesaria transformación que, en todos sus ámbitos, requiere la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la participación de los universitarios respaldada en el escudriño sólido. Uno de esos terrenos es el financiero, el de los bienes materiales y, de manera especial, los dineros (las garras de Lucifer, como decía mi padre). ¿De dónde provienen los centavos de la UNAM y cuál es el uso que se les da? No es novedad que la mayor parte de los recursos de la UNAM, como institución pública, provengan de las arcas de la nación, del pago de las contribuciones. Tampoco es novedoso decir que la UNAM orienta su gasto para favorecer el desarrollo de lo que tiene establecido: estructura, organización, funciones, modalidades, programas, etcétera. Lo anterior, a bote pronto, se puede ilustrar con las siguientes situaciones.
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