La Policía Nacional investiga a la exabadesa de Belorado: vendió 1,7 kilos de oro por 130.000 euros
Los agentes tratan de averiguar el origen de los lingotes vendidos, que podría venir de operaciones especulativas.
La trama sobre las exclarisas de Belorado no da tregua más de ocho meses después de ser expulsadas de la Iglesia Católica. Las monjas vuelven a estar en el epicentro de la noticia por una operación de venta de oro realizada por la exabadesa, Laura García de Viedma. Según ha avanzado este martes Diario de Burgos, la Policía Nacional investiga a la exreligiosa después de haber vendido 1,7 kilos de oro en un establecimiento especializado de Burgos, por el que recibió 130.000 euros.
Según el citado medio, la investigación se centra en averiguar el origen de esos lingotes, que podrían ser el resultado de operaciones especulativas de compraventa o de un posible achatarramiento y posterior fundición de bienes. En la misma venta, además, la exmonja también entregó una moneda americana de muy alto valor. Al parecer, la Policía Nacional tendría constancia de que en 2020 las exmonjas invirtieron una cantidad que podría rondar los 34.000 euros en este metal precioso a modo especulativo.
En este sentido, el arzobispado de Burgos ha señalado que la exabadesa "carece de capacidad legal" para realizar operaciones económicas en nombre de los monasterios de Belorado y Derio. En un comunicado recogido, el arzobispado afirma que esta "ha actuado, de hecho, como administradora de los bienes del monasterio" y se cuestiona su capacidad de administración, pidiendo a la empresa compradora que "se abstenga de realizar cualquier actuación con los bienes adquiridos hasta que se acredite el legítimo dominio de esta persona sobre los objetos señalados".
El arzobispado señala que el monasterio de Belorado y el de Derio han sido transformadas válidamente en asociaciones, por lo que carecen de capacidad legal para realizar ninguna operación económica. Así, se ha referido a un comunicado del abogado de las exmonjas, en el que señala que "la operación de compraventa no pudo hacerse en nombre de la entidad", una cuestión que confirma el Arzobispado para detallar que el abogado utiliza el término entidad para no llamarla asociación, todo ello "porque sabe que la asociación carece de capacidad legal para realizar la compraventa".
"El único que puede hacerlo es quien ostenta la administración y representación legal de los monasterios que es el Comisario Pontificio, reconocido a todos los efectos por todas las administraciones públicas y las entidades económicas y financieras", ha defendido el arzobispado en este sentido. De este modo, ha reiterado que la exabadesa "carece de capacidad legal de ningún tipo para administrar o representar a las entidades jurídicas canónicas monasterio de Belorado y de Derio, que son las propietarias de las piezas de oro, y no las asociaciones".
Situación de vulnerabilidad
Justo este lunes, los servicios sociales de la Diputación de Burgos apreciaban situación de vulnerabilidad en las exmonjas del monasterio de Santa Clara, que están pendientes de la resolución de la demanda de desahucio presentada por el Arzobispado de Burgos tras su cisma.
A petición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Briviesca (Burgos), que tramita el desahucio, los servicios sociales han emitido dictámenes de vulnerabilidad sin definir si son de naturaleza económica, social o ambas, según ha informado el abogado de las exmonjas, Florentino Aláez. Además, ha explicado que de momento desconocen cómo afectará esta declaración de vulnerabilidad al procedimiento abierto por el desahucio, pues "la ley establece varías vías", también para la suspensión del proceso, pero los informes de los servicios sociales ya están en poder del juzgado e incorporados a la causa.
Las que fueran clarisas también han lanzado una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org para pedir "una solución justa que las permita seguir viviendo en el convento". En la misma, firmada por una periodista, se especifica que "el convento de Belorado no es solo un edificio, es un símbolo de fe, tradición y servicio. Sus muros han acogido a generaciones de religiosas que han dedicado su vida a la espiritualidad y la ayuda a los demás" y se pide que se respete el derecho de las exmonjas. "¿Cómo podemos permitir que sean despojadas de su hogar?".