María Isabel revela por qué empezó a ir a terapia: "Me sentía invadida con gente nueva porque preguntaban más de la cuenta"
La cantante de 30 años ha reflexionado sobre lo que supuso para ella la fama en su adolescencia.
María Isabel cumplió el mes pasado 30 años, más de 20 desde que saltó a la fama con Antes muerta que sencilla, y ha reflexionado sobre todo lo que esa fama repentina le ha provocado, tanto bueno como malo, y lo bien que le ha venido la terapia para sobrellevarlo mejor.
La cantante ganó Eurovisión Júnior 2004 y presentó Los Lunnis hasta 2011, cuando se apartó temporalmente del foco. Y, según contó a Semana, recuerda aquella etapa en la que era niña como "un juego", pero "en la adolescencia cobró un cariz diferente".
"Comenzaba a salir de fiesta, la gente estaba muy pendiente de mí y empecé a no tomármelo tan bien. Salir y sentirme observada hizo que me volviera supertímida y empecé a tener inseguridades. La adolescencia me costó mucho", defendió a la citada revista.
Tal y como sostuvo, perdió "toda la seguridad que tenía de niña" por "el miedo a ser juzgada", ya que de mayor "todo lo que hacía tenía una connotación". Pero, finalmente, llegó al punto de pasar y centrarse en ser "como una adolescente normal".
"Mis padres se sentaron conmigo y me dijeron que yo era una persona libre, que tenía derecho a vivir mi vida", rememoró, al aludir a su ausencia de la música y la televisión durante unos años.
Pero entonces llegó su hija en 2023, algo que le hizo comenzar a ir a terapia: "Si una madre está bien, puede criar bien. Si una madre está mal, es complicado educar. Para mí era muy importante que Daliana fuera creciendo con el bienestar mental de su madre para que ella también pueda estar bien en el futuro. Fue como un click".
Aun así, "fue un cúmulo de cosas" lo que la llevó a ir al psicólogo, pues sentía ciertas ansiedades al, por ejemplo, "conocer gente nueva". "Sentía que se me invadía, porque se ponían a preguntar más de la cuenta. En esta profesión la gente cuenta con un plus de ventajas, saben quién eres, pero tú no sabes quién es la gente que se acerca. Y, cuando ya me decidía a hablar y a entrar en la conversación, me entraban los miedos de decir algo que estuviera mal", aseguró la artista onubense.
"No podía dormir, el corazón se me salía del pecho, tenía pensamientos malos, pensaba mucho en el futuro... Fueron tantas cosas, era aterrador", apuntó también.