Mario Patrón: Constitución de 1917: los mínimos para un estado democrático de derecho
En tiempos de alta tensión e incertidumbre política y económica por las reconfiguraciones de todo tipo que suceden a escala global, merece la pena mirar hacia nuestro texto constitucional, cuya redacción –que se produjo también en un momento nacional y mundial en trance de cambios muy profundos, tras casi dos décadas de una turbulenta revolución social en nuestro país y en plena Primera Guerra Mundial– brindó certezas para la consolidación de un orden sociopolítico organizado alrededor de los ejes de la democracia y la garantía de los derechos humanos. Ayer, 5 de febrero, se conmemoró el 107 aniversario de la promulgación de la Constitución Política del país, documento normativo cuyos términos procuraron sintetizar en mayor o menor medida los intereses de los grupos participantes del conflicto revolucionario, y cuyo diálogo permitió la consolidación de un nuevo contrato social acorde con los tiempos y necesidades del país.
En tiempos de alta tensión e incertidumbre política y económica por las reconfiguraciones de todo tipo que suceden a escala global, merece la pena mirar hacia nuestro texto constitucional, cuya redacción –que se produjo también en un momento nacional y mundial en trance de cambios muy profundos, tras casi dos décadas de una turbulenta revolución social en nuestro país y en plena Primera Guerra Mundial– brindó certezas para la consolidación de un orden sociopolítico organizado alrededor de los ejes de la democracia y la garantía de los derechos humanos. Ayer, 5 de febrero, se conmemoró el 107 aniversario de la promulgación de la Constitución Política del país, documento normativo cuyos términos procuraron sintetizar en mayor o menor medida los intereses de los grupos participantes del conflicto revolucionario, y cuyo diálogo permitió la consolidación de un nuevo contrato social acorde con los tiempos y necesidades del país.
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