Qué significa la salida de la Argentina de la OMS
Desde el Ministerio de Salud aclararon que el país se mantendría en la OPS, organismo con el que tiene firmados los acuerdos técnicos y a través del cual recibe financiamiento
El anuncio oficializado hoy por el Gobierno de que la Argentina se retirará como miembro pleno de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo repercusión inmediata no solo interna, sino también en el exterior. Pero, ¿qué implica para el país esa decisión política?
Pasado el mediodía, en las sedes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) –oficina regional de la OMS– en el país y en Washington derivaban cualquier definición sobre la decisión argentina al organismo ubicado en Ginebra. Los ministros de Salud de las provincias se expresaban en desacuerdo con la decisión, que para titular de la cartera sanitaria bonaerense, Nicolás Kreplak, “al menos debería haber sido discutida en Consejo Federal de Salud (Cofesa) con todos los ministros y ministras”. Para Mario Lugones, ministro de Salud de la Nación, “salir de la OMS no significa salir de la OPS, que es preexistente y depende de la Organización de Estados Americanos (OEA)”.
Lo cierto es que el país adhirió a la constitución de la OMS en 1948 y, mediante ese acuerdo, contrajo obligaciones en cuestiones de salud pública, por lo que quienes analizan la medida consideran que el proceso no sería inmediato y demandaría por lo menos un año. Además, en concepto de cuota y contribuciones, el país le abona a la OMS $ 1.248.740.889 y a la OPS $ 406.489.472, si se tiene en cuenta la previsión presupuestaria declarada en 2024. Al 30 de enero de este año, la Argentina adeudaba a la OPS un total de US$ 10.176.812 por tres cuotas acumuladas desde 2023, de acuerdo con información de la oficina de ese organismo en la Argentina.
LA SALIDA DE LA OMS NO COMPROMETE NINGÚN PROGRAMA DE SALUD NACIONAL
Quiero aclarar que la Argentina se retire de la OMS no significa nada de lo que algunos periodistas, políticos que defendieron la cuarentena y una parte de la comunidad sanitaria está diciendo.
La salida de la…— Cecilia Loccisano (@LoccisanoCeci) February 5, 2025
¿Qué recibe el país a cambio? De la relación con la OMS, según coinciden exfuncionarios nacionales consultados, está la posibilidad de coordinar acciones con otras regiones, no solo con América Latina, Estados Unidos y Canadá, que integran la OPS. También recibe asistencia técnica mediante la oficina regional que en muchos casos es con el financiamiento de la OMS a partir de las cuotas que abonan los estados miembro. En el presupuesto oficial, por ejemplo, también se puede ver que existe financiamiento para el trabajo de la Red de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos, además de entrega de algunos insumos a la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis Malbrán).
“El calendario de vacunación está asegurado y la cooperación internacional no se corta. La realidad es que Argentina no recibe financiamiento directo de la OMS. Los proyectos específicos de cooperación técnica que sí reciben fondos se gestionan a través de la OPS y seguirán vigentes, como el funcionamiento y la provisión de reactivos y controles de calidad para los laboratorios y centros de referencia nacionales y regionales”, expresó, hace instantes, Cecilia Loccisano, secretaria de Gestión Administrativa del Ministerio de Salud de la Nación.
Según confirmaron desde esa cartera a LA NACION, el país no se retiraría de la OPS, organismo con el que mantiene una relación activa en asesoramiento técnico y formación de recursos humanos, como en el caso del dengue, por ejemplo. Pero, sin embargo, en mayo de 2019, la Argentina ingresó al grupo de 36 países que la OMS certificó libres de malaria, como dio cuenta este diario, y era parte del Comité Directivo de ese organismo.
Adolfo Rubinstein era ministro de Salud de la Nación cuando el país recibió esa certificación en el auditorio del Palacio de las Naciones de Ginebra durante la 72° Asamblea Mundial de la Salud. Tras conocer el anuncio de la Casa Rosada, señaló a este medio: “Salir de la OMS para un país implica estar fuera de las políticas sanitarias globales, marcos regulatorios y el Reglamento Sanitario Internacional, la preparación coordinada para pandemias, las innovaciones; también, ser parte de la agenda sanitaria mundial con alguna influencia mínima. ¿Son organizaciones perfectas? No, tienen sus grandes limitaciones, con errores estratégicos como pudimos ver con el manejo de la pandemia de Covid”.
El exfuncionario, ahora director del Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud (Ciips) en el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), consideró que el apoyo técnico que recibe el país a través de la OPS/OMS es un insumo importante para las autoridades sanitarias al tomar decisiones.
Negó, como también coincidieron ministros de Salud provinciales consultados, que de algún modo la OMS haya tenido injerencia en la soberanía o decisiones políticas que se hayan implementado. “Son siempre decisiones que toma el Gobierno nacional a través del Ministerio de Salud y pueden o no seguir las recomendaciones de esos organismos”, agregó Rubinstein. “Esta es una decisión demagógica, populista y equivocada, no solo en lo sanitario, sino también en lo político y estratégico para el país”, sostuvo sobre el anuncio realizado por el vocero presidencial Manuel Adorni.
Marcelo García Diéguez, exdirector de Capital Humano del Ministerio de Salud de la Nación y profesor asociado de la Universidad Nacional del Sur (UNS), opinó ante la decisión oficial que “son muchos los aspectos” por los que “la participación en organismos multilaterales permite poner la voz de nuestro país en contexto”.
Por fuera de la preocupación por la gestión de las enfermedades trasmisibles emergentes, que es lo que más preocupa tras la experiencia internacional con Covid, consideró que existen “otros desafíos globales que requieren discusión más allá del ámbito regional, como los recursos humanos en salud y las migraciones”. Al respecto, citó como ejemplo que la OMS “promueve prácticas éticas en el reclutamiento y la retención de personal sanitario, lo que facilita la armonización de directrices y legislaciones en materia de salud internacional”.
En este momento, como dio cuenta este medio, también la Argentina “enfrenta una doble dinámica migratoria: la emigración de médicos locales en búsqueda de mejores oportunidades y la inmigración de profesionales de la salud de la región”, dijo García Diéguez. “Colaborar con la OMS –explicó– permite a la Argentina desarrollar políticas migratorias informadas y consistentes con las de otros países”.
En esa línea, expresó a LA NACION que “el reciente reconocimiento internacional de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) es un ejemplo claro de cómo la interacción con organismos internacionales permite insertar a nuestro país en el concierto mundial y le permite obtener el reconocimiento que merece”.