Tu productividad se ha desplomado y no sabes por qué: tal vez solo necesites hacerte las cinco preguntas adecuadas

Enfrentarte a una jornada abarrotada de tareas o a un proyecto de gran envergadura puede llegar a ser intimidatorio. Por ello, cuando sientes que te bloqueas y tu productividad se estanca, tal vez sea buena idea replantearse si realmente te encuentras en un bache de productividad o si, realmente, esas tareas son tan prioritarias como crees. Parar, dar un paso atrás y analizar el escenario es la mejor forma de optimizar los procesos para seguir adelante, dedicando energía a lo que realmente importa para conseguir los objetivos y dejar a un lado lo que no. La clave es hacerse las preguntas adecuadas. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste productivo? Las personas no somos máquinas, por lo que la productividad no se mantiene inalterable y sufre subidas y bajadas a lo largo de la semana o los meses. Depende de tu estado físico, emocional. Hacerte esa pregunta te permite definir escenarios de productividad en el pasado, que es posible que no se estén dando en el presente. En Xataka Cómo recuperar la concentración que las redes sociales y la multitarea nos han arrebatado Recordar cuándo fue la última vez que sentiste que tu productividad se había disparado y analizar aquel escenario te pueda ayudar a replicar aquel escenario en el presente y propiciar una situación en la que tu productividad vuelva a sus niveles aceptables. Si, por ejemplo, fue antes de unas vacaciones, ante la urgencia de cerrar los frentes abiertos antes de ir te vacaciones, podría justificarse con la Ley de Yerkes-Dodson, y necesitas un cierto componente de tensión que te motive. Tal vez tu productividad mejoraba cuando tenías un objetivo bien definido y te permitía enfocarte al 100% en él, en lugar de dispersar tu atención en tareas secundarias. ¿Cuál es el propósito de esto? La inercia del día a día a menudo pone árboles en el camino que impiden ver el bosque completo. Uno de esos "árboles" son las tareas más pequeñas y monótonas para las que resulta complicado encontrar una motivación para hacer. Poner a cero la bandeja de entrada del correo, lavar los platos sucios o introducir los datos de tus gastos en una hoja de cálculo pueden parecer tareas aburridas e improductivas cuando se analizan en sí mismas, pero adquieren importancia cuando se contextualizan en un objetivo más amplio. Poner a cero tu bandeja de correo no tiene un efecto inmediato sobre tu productividad ya que no hace que tu lista de tareas se complete más rápido. En cambio, sí te permite localizar los correos importantes para tu proyecto y responder de forma eficiente. Del mismo modo, lavar los platos a medida que los vas ensuciando te sirve para emplear menos tiempo evitando que se acumulen, además de evitar problemas de salubridad y orden. Del mismo modo, algo tan poco apetecible como llevar un control diario de los gastos te sirve para mejorar tu economía y facilitar el ahorro. Solo son tres ejemplos de tareas que, en sí mismas, pueden parecer innecesarias y totalmente aplazables, pero que tienen un objetivo mucho más importante. Solo es cuestión de darles perspectiva. En Xataka Una periodista japonesa de 1904 está enseñando a ahorrar en medio mundo en 2025: bienvenidos al método Kakeibo ¿Por qué no quiero hacer esto? La procrastinación es un fenómeno psicológico fascinante, por que quien lo padece es totalmente consciente del sufrimiento que le provocará el postergar las tareas, pero no puede evitar hacerlo. Fuschia M. Sirois, profesora del departamento de Psicología en la Universidad de Durham, declaraba a The Washington Post: "La procrastinación tiene que ver con la autorregulación emocional y, en particular, con la incapacidad de manejar los estados de ánimo negativos en torno a una determinada tarea". Por lo general, no postergamos las cosas divertidas, Procrastinamos en tareas que consideramos "difíciles, desagradables, aversivas o simplemente aburridas o estresantes", señalaba la profesora. Encontrar el origen de la procrastinación que provoca esa tarea es una de las claves para recuperar la productividad y afrontar estrategias para mitigar ese bloqueo. Puede ser por que la tarea te parezca aburrida, por que sea tan grande que afrontarla te produzca ansiedad o, simplemente, porque no se alinea con tu opinión. ¿Puedo desglosar más este proyecto? Uno de los problemas más habituales de productividad es el bloqueo que se produce ante un proyecto que consideramos que nos supera. Hay tantas cosas que hacer, que se pierde el foco y te dispersas. La mejor estrategia para hacerle frente es el "divide y vencerás": descomponer una tarea muy grande en otras mucho más pequeñas y asumibles. Por sí mismas, esas tareas no suponen un avance sustancial en el proyecto, pero como dice el refranero: "grano no hace granero, pero ayuda al compañero", de forma que, al ir completando tareas pequeñas, el proyec

Feb 5, 2025 - 15:37
 0
Tu productividad se ha desplomado y no sabes por qué: tal vez solo necesites hacerte las cinco preguntas adecuadas

Tu productividad se ha desplomado y no sabes por qué: tal vez solo necesites hacerte las cinco preguntas adecuadas

Enfrentarte a una jornada abarrotada de tareas o a un proyecto de gran envergadura puede llegar a ser intimidatorio. Por ello, cuando sientes que te bloqueas y tu productividad se estanca, tal vez sea buena idea replantearse si realmente te encuentras en un bache de productividad o si, realmente, esas tareas son tan prioritarias como crees.

Parar, dar un paso atrás y analizar el escenario es la mejor forma de optimizar los procesos para seguir adelante, dedicando energía a lo que realmente importa para conseguir los objetivos y dejar a un lado lo que no. La clave es hacerse las preguntas adecuadas.

¿Cuándo fue la última vez que te sentiste productivo?

Las personas no somos máquinas, por lo que la productividad no se mantiene inalterable y sufre subidas y bajadas a lo largo de la semana o los meses. Depende de tu estado físico, emocional. Hacerte esa pregunta te permite definir escenarios de productividad en el pasado, que es posible que no se estén dando en el presente.

Recordar cuándo fue la última vez que sentiste que tu productividad se había disparado y analizar aquel escenario te pueda ayudar a replicar aquel escenario en el presente y propiciar una situación en la que tu productividad vuelva a sus niveles aceptables.

Si, por ejemplo, fue antes de unas vacaciones, ante la urgencia de cerrar los frentes abiertos antes de ir te vacaciones, podría justificarse con la Ley de Yerkes-Dodson, y necesitas un cierto componente de tensión que te motive. Tal vez tu productividad mejoraba cuando tenías un objetivo bien definido y te permitía enfocarte al 100% en él, en lugar de dispersar tu atención en tareas secundarias.

¿Cuál es el propósito de esto?

La inercia del día a día a menudo pone árboles en el camino que impiden ver el bosque completo. Uno de esos "árboles" son las tareas más pequeñas y monótonas para las que resulta complicado encontrar una motivación para hacer.

Poner a cero la bandeja de entrada del correo, lavar los platos sucios o introducir los datos de tus gastos en una hoja de cálculo pueden parecer tareas aburridas e improductivas cuando se analizan en sí mismas, pero adquieren importancia cuando se contextualizan en un objetivo más amplio.

Poner a cero tu bandeja de correo no tiene un efecto inmediato sobre tu productividad ya que no hace que tu lista de tareas se complete más rápido. En cambio, sí te permite localizar los correos importantes para tu proyecto y responder de forma eficiente. Del mismo modo, lavar los platos a medida que los vas ensuciando te sirve para emplear menos tiempo evitando que se acumulen, además de evitar problemas de salubridad y orden.

Del mismo modo, algo tan poco apetecible como llevar un control diario de los gastos te sirve para mejorar tu economía y facilitar el ahorro. Solo son tres ejemplos de tareas que, en sí mismas, pueden parecer innecesarias y totalmente aplazables, pero que tienen un objetivo mucho más importante. Solo es cuestión de darles perspectiva.

¿Por qué no quiero hacer esto?

La procrastinación es un fenómeno psicológico fascinante, por que quien lo padece es totalmente consciente del sufrimiento que le provocará el postergar las tareas, pero no puede evitar hacerlo.

Fuschia M. Sirois, profesora del departamento de Psicología en la Universidad de Durham, declaraba a The Washington Post: "La procrastinación tiene que ver con la autorregulación emocional y, en particular, con la incapacidad de manejar los estados de ánimo negativos en torno a una determinada tarea". Por lo general, no postergamos las cosas divertidas, Procrastinamos en tareas que consideramos "difíciles, desagradables, aversivas o simplemente aburridas o estresantes", señalaba la profesora.

Encontrar el origen de la procrastinación que provoca esa tarea es una de las claves para recuperar la productividad y afrontar estrategias para mitigar ese bloqueo. Puede ser por que la tarea te parezca aburrida, por que sea tan grande que afrontarla te produzca ansiedad o, simplemente, porque no se alinea con tu opinión.

¿Puedo desglosar más este proyecto?

Uno de los problemas más habituales de productividad es el bloqueo que se produce ante un proyecto que consideramos que nos supera. Hay tantas cosas que hacer, que se pierde el foco y te dispersas.

La mejor estrategia para hacerle frente es el "divide y vencerás": descomponer una tarea muy grande en otras mucho más pequeñas y asumibles. Por sí mismas, esas tareas no suponen un avance sustancial en el proyecto, pero como dice el refranero: "grano no hace granero, pero ayuda al compañero", de forma que, al ir completando tareas pequeñas, el proyecto principal va completándose.

Convertirte en tu propio asistente también es una técnica muy útil para desbloquear aquellas tareas que, por algún motivo, te resistes a afrontar. Esta técnica consiste en ir preparando todo lo necesario (materiales, datos, conocimientos, etc. ). Una vez reunidas todas las piezas, solo tienes que dar el paso de unirlas, reduciendo la fricción del inicio.

¿Es realmente necesaria esta tarea?

Esta es una pregunta bastante peligrosa porque requiere poner a la tarea en un determinado contexto de prioridades con respecto a otras tareas, y se corre el riesgo de que el condicionamiento de la procrastinación no lleve a una conclusión errónea autoasumida. No la quiero hacer, no es necesaria.

Teniendo eso en cuenta, conviene poner sobre la mesa una escala de prioridades y considerar si, completar una determinada tarea es prioritario para avanzar en tu proyecto. No implica que la tarea no deba hacerse. La cuestión es, ¿debe hacerse ahora, hoy o la tienes que hacer tú?

Eliminar estas tareas o priorizar otras permitirá que te concentres mejor en tu jornada y avances en tu objetivo. Para establecer estas prioridades puedes utilizar sistemas de ordenación de listas de tareas como el método ABCDE.

Otro enfoque para evitar tareas innecesarias o que no contribuyen a mejorar tu productividad es simplemente, decir no. Asumir tareas que distraigan tu atención o que no te corresponden, hace que se llene tu planificación diaria con tareas que no te ayudan a conseguir tus objetivos. El resultado más habitual es tener esa sensación de no haber parado en todo el día, pero no has alcanzado tus objetivos. ¿Te suena?

En Xataka | Hace 10 años, la ex-mujer de Elon Musk reveló un secreto de productividad que el millonario comparte con Warren Buffett: decir no

Imagen | Unsplash (Brands&People)

-
La noticia Tu productividad se ha desplomado y no sabes por qué: tal vez solo necesites hacerte las cinco preguntas adecuadas fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .